Luka Doncic decidió no esperar. Apenas un día después de la eliminación de los Lakers en los playoffs, el astro esloveno se puso en contacto con su equipo para iniciar una transformación física total. Su objetivo era claro: ponerse en la mejor forma de su carrera y dejar atrás una temporada marcada por las lesiones en la NBA. El lugar elegido para comenzar el trabajo fue Croacia, donde se concentró durante dos meses alejándose de todo, incluso del balón.
El crack del baloncesto se muestra visiblemente más delgado, con un cuerpo más tonificado y saludable, algo que él mismo reconoce: "Solo visualmente, diría que todo mi cuerpo se ve mejor". A sus 26 años, y con una exigente temporada por delante, el base tomó decisiones clave para optimizar su rendimiento: adoptó una dieta sin gluten, baja en azúcar y con un altísimo consumo de proteínas, junto a sesiones de entrenamiento muy específicas.
Pero más allá de lo estético, el trabajo apuntó también a mejorar cualidades fundamentales dentro de la cancha. “Luka Magic”, que nunca se caracterizó por la velocidad, es un maestro en el control del ritmo del juego. Su capacidad para frenar, cambiar de dirección y absorber impactos lo convierte en una amenaza constante. Ahora, con músculos más activos y coordinados, su ya impresionante control corporal se potencia aún más.
Un cambio que nace desde la disciplina
Para lograr su objetivo, el esloveno combinó una dieta meticulosa con un entrenamiento riguroso. Bajo la supervisión de su fisioterapeuta Javier Barrio, siguió un plan que incluyó ayuno intermitente y el consumo de al menos 250 gramos de proteína por día. Además, pasó el primer mes sin tocar una pelota de básquet, priorizando la recuperación, el fortalecimiento y la activación muscular.
Este enfoque le permitió mejorar su fuerza excéntrica, fundamental para los movimientos de desaceleración que tanto utiliza en sus jugadas. “Su fuerza es realmente excepcional; tiene piernas increíblemente fuertes. Además, su centro de gravedad es muy bajo. Así que cuando está en su posición, cuando se agacha, es muy difícil moverlo", explicó Barrio.
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La importancia de frenar para ganar
En el baloncesto de élite, saber detenerse es tan importante como saber correr. Luka se destacó siempre por su inteligencia táctica, y ahora también por su habilidad para desacelerar con precisión. Según los expertos, esta capacidad puede marcar la diferencia entre evitar una lesión o caer víctima de un mal aterrizaje. En su caso, frenar bien es parte de lo que lo hace tan peligroso ofensivamente.
"Este año, con mi equipo, creo que dimos un gran paso. Pero esto es solo el comienzo. Necesito seguir adelante. No puedo parar", comentó.
Ejercicios de desaceleración
La rutina de Doncic incluyó varios ejercicios clave para fortalecer sus articulaciones, activar los glúteos y mejorar su control neuromuscular. Algunos de ellos fueron:
- Activador de glúteos búlgaro
Utiliza una banda elástica y un banco para activar los glúteos en una postura de sentadilla dividida, ideal para estabilizar rodillas.
- Pasos de jab con banda
Perfecto para trabajar la coordinación y la respuesta rápida. Se realiza con una banda elástica atada a la cintura y pasos explosivos hacia adelante.
- Triple amenaza lateral con banda
Mejora la movilidad lateral y la capacidad de reacción, simulando movimientos reales de juego con resistencia adicional.
- Aumento de potencia
Saltos alternos desde una caja o banco bajo, enfocados en mejorar la fuerza al aterrizar y prevenir lesiones en rodillas y tobillos.
Inspirado por leyendas
Doncic reconoció que su motivación también vino de las grandes figuras del pasado: “Me inspiré en Michael Jordan y Kobe Bryant, de quienes creo que sacrificaron mucho”. Ese compromiso con la excelencia parece haberlo guiado en un verano distinto, donde priorizó su bienestar físico, pero también la preparación mental para lo que viene.
