El legado de los clavados en México es tan amplio que antes de la irrupción de Osmar Olvera ya había nombres que marcaron la historia del deporte nacional. Desde hazañas olímpicas hasta títulos mundiales, algunos atletas abrieron el camino y se convirtieron en referentes de generaciones posteriores.
Tres de ellos son recordados como figuras imprescindibles: Joaquín Capilla, Paola Espinosa y Rommel Pacheco. Cada uno, en su tiempo, llevó la bandera mexicana a lo más alto en competencias internacionales, inspirando a jóvenes clavadistas a soñar con la gloria.
Incluso, el primero de ellos mencionado se convirtió en el gran ídolo del joven Olvera, quien ha reconocido públicamente que sus logros y perseverancia fueron la motivación para perseguir el éxito en una disciplina tan exigente.
Joaquín Capilla, la leyenda olímpica
Considerado el máximo clavadista mexicano de todos los tiempos, Joaquín Capilla conquistó cuatro medallas olímpicas entre 1948 y 1956, lo que lo convierte en el atleta con más preseas en la historia olímpica de México. Ganó un oro en Melbourne 1956, una plata en Helsinki 1952 y dos bronces (Londres 1948 y Helsinki 1952). Su entrega, disciplina y capacidad para reinventarse tras las derrotas lo convirtieron en una inspiración eterna para quienes vinieron después, incluido Osmar Olvera, quien lo considera su ídolo.
“Mi ejemplo deportivo es Joaquín Capilla, aún más que es de mi disciplina, es histórico y el deportista con más medallas olímpicas, está en los libros de historia, es una inspiración y motivación para mí el querer igualarlo o superarlo al tener la vara tan alta como lo hizo él y lo tenía presente en estos Juegos Olímpicos, así como siempre y sabía que en París podía ganar dos medallas y estar a la mitad de alcanzarlo”, dijo Osmar.
Más allá de las medallas, es recordado por su resiliencia fuera de la alberca. Superó momentos difíciles en su vida personal y encontró en los clavados un camino de redención y éxito. Este aspecto humano es lo que lo hace aún más grande, pues su legado no sólo es deportivo, sino también de vida.
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Paola Espinosa y Rommel Pacheco, referentes modernos
Paola Espinosa marcó una época en los clavados femeninos. Fue doble medallista olímpica (plata en Londres 2012 y bronce en Beijing 2008), además de campeona mundial en Roma 2009. Con una carrera llena de éxitos en Juegos Panamericanos y Centroamericanos, se consolidó como una de las atletas más queridas y admiradas del país. También abrió las puertas para que más mujeres mexicanas incursionaran en este deporte con confianza y ambición de alcanzar el podio.
Por su parte, Rommel Pacheco dejó huella con una trayectoria que lo llevó a coronarse campeón mundial en trampolín de 3 metros en 2016 y a obtener múltiples medallas en Juegos Panamericanos. Su carisma, resiliencia y capacidad para mantenerse vigente en el alto rendimiento durante tantos años lo convirtieron en uno de los clavadistas más emblemáticos de México. Además, su carrera política y mediática tras su retiro muestran cómo los atletas mexicanos pueden trascender más allá del deporte.
