Los Dodgers volvieron a coronarse campeones de las Grandes Ligas tras vencer 5-4 a los Azulejos de Toronto en un séptimo juego para el infarto, decidido en 11 entradas y con remontada incluida en la octava. En una final que tuvo drama hasta el último lanzamiento, el protagonista absoluto fue Yoshinobu Yamamoto, quien se plantó en el montículo sin descanso para sellar la victoria angelina.
El japonés venía de abrir el sexto juego y aun así dijo “presente” 24 horas después, cuando el equipo más lo necesitaba. Entró con los "The Blues" contra las cuerdas y respondió con dominio total, dejando en cero a los rivales en las últimas 2.2 entradas para permitir la reacción californiana. Esa entrega terminó de consagrarlo como el gran héroe de la serie.
Con tres triunfos en la final, el asiático no solo aseguró el título para Los Ángeles, sino que también se llevó el premio al Jugador Más Valioso. A pura autoridad, coraje y efectividad, justificó cada dólar del contrato récord que la franquicia le dio hace apenas un año, demostrando que llegó a MLB para marcar una era.
Yamamoto y un récord que revive una gesta de 21 años
Lo que logró "Yama" no se ve todos los días. Con sus tres victorias en la Serie Mundial, igualó un registro que no se alcanzaba desde 2001, cuando Randy Johnson hizo lo propio con los Diamondbacks. El nipón ganó dos juegos como abridor y uno como relevista, incluyendo su heroica aparición en el séptimo duelo, mostrando durabilidad y temple de leyenda.
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Dominio absoluto y una lista selecta
Además de convertirse en MVP, Yoshinobu se suma a una lista que viene marcando el dominio reciente de los Dodgers en octubre. Es el tercer jugador de la franquicia en las últimas seis Series Mundiales en recibir este premio, después de Corey Seager (2020) y Freddie Freeman (2024). Su nombre ya figura junto a otros históricos que han brillado en este escenario, y lo hace habiendo lanzado un juego completo en el segundo partido de la final.
Los números de este en la serie fueron contundentes, ya que registra tres victorias, apenas dos carreras permitidas en 17.2 innings, 15 ponches y una actuación final que se recordará durante décadas.
Con apenas una temporada en MLB, ya se plantó como la nueva figura dominante del béisbol mundial, y si este es solo el comienzo, la liga deberá prepararse para una era marcada por su brazo.
