Hoy te contaremos la historia del ex campeón, delincuente y mafiosos que hizo historia con Muhammad Ali., hablamos de Sonny Liston. Este último boxeador fue un estadounidense expresidiario que fue condenado por atraco.
Con 97 kilos y músculos por todos lados, Sonny ganaba sus peleas en 58 segundos y les rompió los tímpanos a varios de sus rivales. De hecho Wayne Bethea fue uno de los desafortunados que comprobó el poder de este polémico boxeador, cuando perdió siete dientes contra Liston, mismo que se le quedaron incrustados en su protector bucal.
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Este ex campeón del mundo y criminal fue uno de los pocos pugilistas que le arrebató el cetro mundial a Muhammad Ali cuando aún respondía al nombre de Cassius Clay, y estaba en las antípodas de otro gran campeón de color, Floyd Patterson, quien probablemente es uno de los seres humanos más condescendientes e introspecticos dando palizas.
¿Cómo fue la relación de Sonny Liston con la mafia y la delincuencia?
Este pugilista que estuvo vinculado con la mafia y uno de los diez mejores pesos pesados de la historia, fue de los pocos peleadores que de acuerdo con sus propias palabras, el no buscaba gana, sino hacer mucho daño a sus rivales. De hecho Liston fue el único capaz de asustar a Ali.
Sonny no tuvo una vida nada fácil, ya que no sabía leer ni escribir; empezó a trabajar desde los 8 años debido a que provenía de una familia muy pobre. Tampoco sabía el día exacto de su nacimiento y siempre dio por buena la que figuró en su primera detención policial.
Un senador le dijo que lo investigaban por su nexos con la mafia. A inicios de los años cincuenta, lo condenaron a dos años de prisión por el robo a mano armada, pero aquella sentencia fue su salvación ya que en la cárcel fue donde descubrió el boxeo y el pugilismo los descubrió a él.
Cuando salió en libertad provisional, se hizo profesional y era tanto el temor que le tenían que muchos de sus rivales se negaban a pelear contra él. Liston se arrimó al crimen organizado porque era la única forma de llevar a cabo sus combates. Uno de sus primeros representantes fue Frankie Carbo, quien era un promotor de boxeo y mafioso de la familia Lucchese, una de las cinco organizaciones que dominaban las actividades de la delincuencia en Nueva York.
Este púgil tuvo un reinado de un año y cinco meses, de 1962 a 1964, estuvo envuelto en las drogas, fue matón de la mafia, mujeriego y pendenciero. Pero a la persona que más amo fue a su esposa, Geraldine Liston, con quien se formó como uno de los grandes delincuentes, dando trabajo a campesinos y personas del crimen organizado, cuando estaban siendo acosados por el fisco y las deudas.
CA