Probablemente el boxeo es uno de los deportes con mayor cantidad de historias de superación, pero también de tragedia dentro y fuera del cuadrilátero, de hecho, esta vez hablaremos de un personajes que consiguió el nocaut más rápido de todos los tiempos y que acabó pidiendo limosna.
Como si se tratara de una película repetida, muchos pugilistas terminan en la miseria después de haber ganado títulos y millones de dólares, hasta hay algunos que terminan con problemas de adicciones o fuertes depresiones tras haberse dado cuenta de su situación.
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Encontramos ejemplos claros en Rubén ‘Púas’ Olivares, uno de los mejores noqueadores de México que hace unos meses vendía objeto en tianguis, a él podemos agregar a Víctor Rabanales que terminó como franelero y a Rodolfo ‘Gato’ González que fue encarcelado porque encontraron algunos cuerpos en su departamento.
Relatos de la gloria alcanzada con sangre, sudor y lágrimas, de estrellas fugaces que se apagan en la penumbra del retiro…
¿De quién es el nocaut más rápido de la historia del boxeo?
El personaje en cuestión es Jimmy Thunder, atleta nacido en Samoa, una pequeña isla de la que salió solamente con disciplina, esfuerzo y el poder de sus puños; se retiró con un récord de 35 victorias (28 por KO) y 14 derrotas, así como medallas a nivel amateur e incluso fue campeón mundial en peso completo.
Este hombre se caracterizaba por su enorme físico, lo que le permitía tirar golpes con un auténtico martillo, a él le pertenece el nocaut más rápido de la historia y se lo propinó a Crawford Grimley en 1997, pues lo derribó en 1.5 segundos (con el conteo de protección el combate duró 13 segundos).
Jimmy cumplió con el sueño de llegar a pelear en Estadios Unidos, sin embargo, con el paso del tiempo su nivel cayó a tal grado de que se retiró en 2002 y, como ha sucedido en muchos otros casos, fue perdiendo su dinero.
El sueño americano terminó como una pesadilla porque en 2003 se informó que Thunder estaba endeudado, después se reveló que vivía en las calles de Las Vegas, pedía limosna y aparecía en los gimnasios de boxeo para ofrecer sus servicios, pero lo rechazaban.
Jimmy falleció a los 54 años después de haber sido intervenido quirúrgicamente para retirarle un tumor en el cerebro y Joseph Parker le dedicó emotivas palabras aquel febrero de 2020.
“Ustedes, junto con muchos otros grandes, nos allanaron el camino para que los peleadores nuevos y futuros sean vistos y escuchados a escala internacional”, expresó.