Vasyl Lomachenko fue claro y directo: no regresará al ring, ni siquiera para una exhibición ante Manny Pacquiao. El ucraniano, que se retiró en junio tras conquistar el título ligero de la FIB, desestimó por completo la posibilidad luego de que el filipino asegurara estar en negociaciones para medirse a él.
La versión había salido del propio púgil asiático, quien comentó en una entrevista que existía un acercamiento para montar una pelea de exhibición. Sin embargo, la ilusión duró poco. Consultado durante su visita a Bogotá, en el marco de la Convención de la OMB, "Loma" respondió con sorpresa y contundencia, dejando sin margen a las especulaciones.
“Terminé con el boxeo, hermano”, sentenció el ex campeón mundial en tres divisiones, acompañando sus palabras con un gesto tajante. Y cuando se le insistió sobre la posibilidad de algún combate de esta categoría, apenas movió la cabeza para reafirmar que su decisión es definitiva.
La versión de Pacquiao y el intento fallido
El filipino, ícono del boxeo mundial, había encendido la conversación al revelar públicamente esos supuestos planes. “Pac-Man” continúa activo en exhibiciones y buscaba un duelo de alto perfil, pero la negativa del boxeador europeo corta cualquier proyecto. Para el ucraniano, su camino ya está lejos de los cuadriláteros, pese a retirarse aún en nivel de campeón.
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Un adiós que se mantiene firme
Lomachenko se marchó del boxeo en la cima, tras derrotar en mayo de 2024 a George Kambosos Jr. en Australia y quedarse con el cinturón de la FIB. Desde entonces, no ha mostrado señales de reconsiderar su retiro. Su postura, ahora más enfática que nunca, reafirma que su historia en el ring está escrita y sellada.
Las peleas que Vasyl Lomachenko dejó pendientes antes de su retiro
El retiro de Vasyl dejó en pausa varios duelos que prometían quedar grabados en la historia del boxeo moderno. Con 37 años, decidió dar un paso al costado cuando todavía tenía en el horizonte combates que podían elevar aún más su legado y encender rivalidades de época.
Entre los cruces que quedaron pendientes estuvo un choque de poder y técnica contra Gervonta Davis, con quien se perfilaba una unificación tras vencer a Kambosos. También se esfumó un duelo de inteligencia y precisión frente a Shakur Stevenson, un combate que muchos imaginaban como un ajedrez pugilístico entre dos mentes privilegiadas del ring. Además, el sueño mexicano de “Pitbull” Cruz de enfrentarlo quedó truncado, en lo que habría sido una batalla de estilos.
Por último, la pelea que más ruido hacía: la revancha con Devin Haney. Lomachenko dejó la sensación de haber sido superior en su primer cruce y el segundo capítulo nunca llegó. Con su adiós definitivo, ese combate (que pudo redefinir narrativas y cerrar debates) ya pertenece al terreno de las grandes oportunidades que el boxeo dejó pasar.
