La duda sobre qué sucede con el cinturón de campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) cuando hay un nuevo monarca ha sido tema de conversación entre aficionados y expertos. Tradicionalmente, se creía que el cinturón pasaba automáticamente al nuevo ganador, dejando al excampeón sin ese símbolo de su reinado.
Sin embargo, en la actualidad, la política del CMB ha cambiado para dar mayor reconocimiento a quienes alguna vez ostentaron el título. El presidente del organismo, Mauricio Sulaimán, explicó que hoy en día, el cinturón que usó el excampeón ya no se le retira ni se le quita. En cambio, el nuevo campeón recibe uno totalmente nuevo, entregado directamente después de la pelea.
Este cambio, que humaniza y valora aún más la historia de cada boxeador, evita que los excampeones se queden sin recuerdo físico de su logro. De hecho, el consejo se asegura de llevar siempre un cinturón adicional a cada pelea de campeonato, para poder entregarlo de inmediato si hay un nuevo monarca.
Las palabras de Mauricio Sulaimán sobre los cinturones
"Durante muchos años ganabas el cinturón y al perderlo se lo llevaba el otro campeón. Y mi papá dijo, no es posible que habiendo sido campeón no tengas tu cinturón. Entonces, lo que se hace el día de hoy, tú tienes tu cinturón, pierdes, en el ring se le presenta al nuevo campeón y ya en el vestidor se lo regresa al ex campeón y ya es él. Y se le da uno nuevo al nuevo campeón".
"Imagínate ganar el título, que es lo máximo que te puede pasar, y ya te lo quitan y esperar una semana o dos a que te llegue... Ahora llevamos a todas las peleas, y si hay nuevo campeón, le damos ya su cinturón ahí."
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Un cinturón, un legado
Gracias a esta medida, el cinturón del CMB no es solo un trofeo del momento, sino un símbolo permanente del esfuerzo y la gloria de cada campeón. El hecho de que todos puedan conservar el suyo refleja la intención del organismo de honrar la historia personal de cada boxeador, incluso después de perder el título.
De este modo, el consejo no solo entrega cinturones, sino que también reconoce legados. Para muchos peleadores, conservar ese cinturón es más que un objeto: es un pedazo de su historia.
