Tigres se negó a morir en la final contra Los Ángeles FC. Cuestionado por su falta de trascendencia a nivel internacional, el equipo regiomontano peleó, siguió, se levantó cuando parecía muerto y conquistó el título de la Concachampions (2-1) en el Orlando City Stadium.
El ánimo de los felinos había sido castigado por el gol del uruguayo Diego Rossi (61’), tras una desatención defensiva. La situación, sin embargo, fue corregida por Hugo Ayala (72’) en un tiro de esquina y puso de pie a los regiomontanos, para buscar la remontada.
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Con el 1-1 en el marcador, apareció el francés André-Pierre Gignac (84’) y remató desde fuera del área, por un costado del portero Kenneth Vermeer. El gol provocó el estallido de Tigres y también del técnico Ricardo Ferretti, quien, por primera vez al frente del equipo, consiguió el título internacional que le hacía falta.
Aunque arrancó como titular, el mexicano Carlos Vela no pudo pesar en el ataque del conjunto estadounidense y, pese a su gran actuación en las dos fases previas, se quedó con las ganas de acudir al próximo Mundial de Clubes.