River Plate fue una tromba. Llegó con desventaja de tres goles a la casa del Palmeiras, en la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores. Y, en menos de 45 minutos, hizo dos. La épica de los ‘Millonarios’ quedó reservada para el último tanto. Y éste llegó, en el inicio del complemento, pero fue anulado por el VAR. Y ahí terminó todo.
El Palmeiras no supo ni pudo manejar la serie a su favor. Se confió, mostró nerviosismo e inseguridades en el control de la pelota y lo pagó caro. Antes de irse al descanso ya tenía el marcador en contra: Robert Rojas marcó el primero (29’) y Rafael Santos Borré (44’) puso la segunda daga en el corazón.
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El tercero había llegado por medio de Gonzalo Montiel, en el inicio del complemento; pero una posición adelantada de Santos Borré anuló la jugada, tras una larga revisión en el VAR. Los últimos minutos, a partir del 60’, fueron furia y pasión del lado de River, que llegaba cuando quería y no recibía sorpresas en contra.
La idea de la épica resurgió en el final, con River volcado al ataque y el Palmeiras, superado en todas sus líneas, refugiado en su portería. Robert Rojas salió expulsado, al 73’, por doble tarjeta amarilla. Pero los ‘Millonarios’ no bajaron la guardia. Siguieron, corrieron riesgos y vendieron su eliminación como la más costosa de esta Copa Libertadores.
Al 77’, otra polémica. El árbitro señaló un penalti a favor de River, tras una supuesta falta sobre Gonzalo Montiel, pero el VAR volvió a cambiar la decisión final. Rozando la épica, los 'Millonarios' quedaron fuera de la final.
AH