El presidente argentino Alberto Fernández ratificó a su país como una de las dos sedes de la Copa América que debe inaugurarse en menos de un mes, aunque descartó la presencia de público debido a la difícil situación sanitaria generada por la pandemia de coronavirus.
Argentina y Colombia comparten la sede del campeonato sudamericano de selecciones, con Buenos Aires como sede del partido inaugural el 13 de junio y Barranquilla como escenario de la final el 10 de julio.
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Ambos países han sido azotados por otra oleada de la pandemia. Además, Colombia ha sido convulsionada por las protestas contra el gobierno del presidente Iván Duque.
Nosotros hemos confirmado nuestra decisión de hacerlo... con todas las restricciones que la pandemia exige. Esta sería una Copa América para la televisión, hablemos claramente", dijo el mandatario en una entrevista la noche del domingo con el canal C5N de Buenos Aires. "No sería otra cosa. En esos términos nosotros estaríamos dispuestos a cumplir con el compromiso asumido”.
Repunte de Covid-19 en Argentina
Argentina sufre un rebrote de Covid-19 desde fines de marzo, que ha disparado los contagios y las muertes, y ha tensionado el sistema de salud como nunca antes durante la pandemia. En el país sudamericano se han registrado hasta ahora unos 3,3 millones de infectados y unos 70 mil 500 muertos.
Durante el fin de semana, el superclásico del fútbol argentino entre Boca Juniors y River Plate por la Copa de la Liga quedó marcado por un brote de Covid-19 que dejó 15 bajas en el plantel de River — entre ellas, las de seis habituales titulares.
La vacunación ha transcurrido hasta ahora lentamente. Las personas vacunadas con una dosis son 8 millones 50 mil 709 y las que han recibidos dos son 1 millón 952 mil 121 de una población de algo más de 45 milllones.
Colombia, un polvorín
Respecto a Colombia, el otro anfitrión del certamen y que atraviesa un grave conflicto político y social, Fernández señaló que "habrá que ver qué va a hacer“. La Confederación del Futbol Sudamericano (CONMEBOL) sigue de cerca la crisis en Colombia, cuyas autoridades tuvieron que salir al paso de las versiones de que no podría ser coanfitrión del torneo.
Nosotros vamos a ir hasta el final”, dijo la víspera el ministro de Deporte colombiano Ernesto Lucena al respecto. “No hay ningún ultimátum...No nos han dicho que si en tal fecha no estamos (sin protestas) no vamos a tener la sede".
La posibilidad de un eventual cambio de sede pareció fortalecerse la semana pasada, a raíz de los choques entre la policía y una multitud de manifestantes que quería impedir la celebración de partidos de la fase de grupos de la Copa Libertadores de clubes en las localidades de Barranquilla y Pereira.
En Barranquilla, la policía lanzó gases lacrimógenos que llegaron al estadio Romelio Martínez, durante los partidos Santa Fe-River Plate y América de Cali-Atlético Mineiro.
El sábado, la Conmebol trasladó a la ciudad boliviana de Santa Cruz el partido entre América de Cali y Deportivo La Guaira de Venezuela, correspondiente al Grupo H de la Copa Libertadores. Este duelo había sido reprogramado en el estadio Alfonso López de Bucaramanga ante la imposibilidad de disputarlo el miércoles en el Pascual Guerrero de Cali a raíz de las protestas que no cesan en esa ciudad desde el 28 de abril.
El órgano rector del futbol en Sudamérica mantuvo días atrás una reunión, pero se sostiene hasta ahora en la idea de mantener a Colombia como sede del certamen.
-Con información de AP
FDR