Si bien el empate a cero ponía a Cruz Azul en la final, el gol de Santiago Giménez aumentó la presión para que Pachuca se desesperara y no encontrara el tanto de visitante que descarrilara a La Máquina en su búsqueda por cambiar su oscura historia, la cual parece ser alumbrada por un apellido que comienza a ser más idolatrado entre los cementeros.
El 1-0 que consiguió La Máquina en el Estadio Azteca fue un sello para dejar claro quién fue el que más hizo por ganarse el lugar en la final del Guardianes 2021, por el título que frene la sequía de más de 23 años que tiene el club celeste en su reciente camino.
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Después de un primer tiempo donde la desesperación parecía más azul, vino el gol del llamado Chaquito, quien arrancó en el 11 titular de Juan Reynoso por una lesión de Brayan Angulo sufrida en el calentamiento. El fuego del juvenil mexico-argentino se encendió después de ocho meses de no encontrar el marco, hasta el pasado duelo de vuelta contra Toluca.
Lo volvió a hacer el canterano. En un centro de Luis Romo, que había pasado desapercibido desde el inicio de la Liguilla, el hijo de Christian Giménez se acomodó para rematar de 'palomita', de lleno, con seco testarazo para batir a un Óscar Ustari que hasta entonces se había parado estoico desde el repechaje.
El Estadio Azteca reventó de algarabía y se encendió para apoyar a los suyos, conscientes de que este año puede ser uno muy especial en caso de pasar a la final, con un plantel líder que desarrolla un futbol convincente que refleja en el marcador.
Las emociones siguieron con un paradón de Jesús Corona que en la línea metió el manotazo para mantener en la final a su equipo, tras un remate a quemarropa.
Al minuto 59 cayó el segundo de Cruz Azul, pero fue anulado por fuera de lugar de Giménez, que minutos después salió entre aplausos con una afición entregada al joven que alarga los aplausos a un apellido que sigue dando alegrías a la afición cementera.
Una bronca se causó en las bancas después de que Gustavo Cabral pisara en el suelo a Jonathan Rodríguez tras de empujarlo. El técnico Reynoso intercedió, reaccionaron los jugadores del Pachuca y al final, a tarjetazos, se enfriaron los ánimos, para calentar las esperanzas de los aficionados celestes que prenden las veladoras, levantan oraciones al cielo y entregan la fe por ver campeón a un Cruz Azul que ilusiona.
Será la final número 17 del equipo, que justo este sábado cumple 94 años de historia con el pase a la final, donde buscará sumar su noveno título.
FDR