Nacido el 31 de enero de 1920 y muerto el 11 de febrero de 2001, José Luis Borbolla fue el primer mexicano en jugar para Real Madrid, algo que muchos le adjudican a José Ramón Sauto quien aunque nació en México tenía nacionalidad española y por ello siempre jugó como tal en el equipo merengue, en el que después haría historia Hugo Sánchez.
De padre asturiano, la llegada de José Luis Borbolla como el primer mexicano en jugar para el Real Madrid fue en su momento todo un acontecimiento, pues llegó rodeado de gran expectación como goleador en México del Club de Futbol Asturias, para más tarde ser vendido al Real Club España y el Club Deportivo Marte, aunque pidiendo tiempo para aclimatarse al ritmo de juego que se practicaba en LaLiga.
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Tras su aventura por Europa, jugó y dirigió al América
Una vez finalizada la guerra civil española, José Luis Borbolla jugó en el Deportivo La Coruña, Celta de Vigo y se convirtió en el primer mexicano que militó en el Real Madrid, donde aunque solo jugó siete partidos logró anotar y comenzar la historia de jugadores aztecas que juegan y brillan en LaLiga.
Luego de su aventura de cuatro años por Europa, regresó a México para jugar en los Tiburones Rojos del Veracruz por tres años, antes de militar en el América justo antes de retirarse del futbol profesional en 1955. Ya retirado, incursionó como director técnico en el Asturias y en las Águilas sin mayor relevancia, mientras que como seleccionado nacional asistió a la Copa Mundial de Brasil 1950, jugando ante Brasil y Suiza.
Conoce a José Luis Borbolla, primer mexicano en Real Madrid
A pesar de que tras su retiro del futbol se convirtió en un empresario del sector textil, José Luis Borbolla desembarcó en Tenerife en el transatlántico español Magallanes, con reseñas en todos los periódicos que decían que comenzó a jugar a los 12 años y como profesional a los 18, figurando en las temporadas 1942 y 1943 del balompié mexicano y siendo internacional siete veces como interior por derecha e izquierda.
De lo que sí estaba seguro José Luis Borbolla era de que “ahora las piernas me hacen un pequeño cosquilleo propio de las agujetas, pero esto va bien y pasará mucho más cuando el entrenamiento vaya intensificándose. Ya verán entonces cómo el portero tendrá a fuerza que aceptar los goles”, aunque lo que jamás se imaginó era que su presentación luego de dos meses de no patear el balón sería todo un fracaso: “Estoy impresionado por la velocidad de juego. En España se le da mayor viveza que en México”.