Como en el torneo pasado, las Águilas del América deberán luchar contra la maldición del superlíder al quedar en la cima del Clausura 2024, mientras que las Chivas Rayadas del Guadalajara deberán hacer lo propio, pero con otro de los embrujos más arraigados en la Liga MX y que aquí te decimos de qué se trata y por qué.
Mientras Chivas deberá hacer frente a su propia maldición en la Liguilla por el título del Clausura 2024, las Águilas del América se convirtieron el Apertura 2023 en uno de los pocos mejores equipos en la historia de torneos cortos de la Liga MX en romper el embrujo del superlíder, algo que tratará de emular en busca de refrendar su corona y lograr el bicampeonato.
La Maldición del Superlíder, ¿qué es y en qué consiste?
La conocida Maldición del Superlíder, que es la que sin duda más suena cuando cada torneo llega a sus fases de definición y que no deberán enfrentar las Chivas en este Clausura 2024, no es más que la mala suerte que corre la mayoría de los equipos que terminan en primer lugar de la tabla de la Liga MX y no llegan a ser campeones, algo que América sí logró en el Apertura 2023 tras firmar una fase regular casi perfecta, ganando 12 de sus 17 compromisos.
En total, de 77 Liguillas disputadas en torneos cortos hasta el momento en la Liga MX solo 23 veces (casi 30 por ciento) las han ganado 11 equipos que terminaron líderes generales y se coronaron campeones, con las Águilas del América intentándolo nuevamente en este Clausura 2024.
Chivas, a romper con esta gran maldición
Se trata ni más ni menos que de la maldición del sexto lugar, que si bien no está tan arraigada como la del superlíder, sí le tocará romperla a Chivas en el Clausura 2024, si realmente pretende convertirse en el nuevo monarca de la Liga MX tras la victoria de Rayados de Monterrey 5-2 sobre Rayos del Necaxa y que mandó al Rebaño a la posición 6 de la tabla general.
Su rival en los cuartos de final de la Liguilla por el título será ni más ni menos que el tercer lugar general, los Diablos Rojos del Toluca, difícil escuadra ante la que buscarán su pase a semifinales de visita en el juego de vuelta en el Estadio Nemesio Díez, así como salvar este obstáculo sicológico por el que desde que se instauraron los torneos cortos en el Invierno 1996 jamás un equipo que ha calificado en sexto lugar ha podido coronarse: ocho han llegado hasta la final, sin ganarla.