El fútbol femenino atraviesa un momento histórico. En los últimos años, los traspasos entre clubes empezaron a reflejar el crecimiento deportivo, mediático y económico de la disciplina. Lo que antes parecía imposible (ver cifras millonarias en fichajes de jugadoras) hoy ya es una realidad: el mercado se mueve, los clubes invierten y las futbolistas rompen marcas que hasta hace poco eran impensadas.
Entre 2024 y 2025 se registraron varios récords consecutivos que transformaron la manera en que se valora el talento femenino. Desde Europa hasta América, los montos de transferencia alcanzaron cifras de siete dígitos, con nombres que hoy dominan el panorama mundial del fútbol femenino. Cada traspaso representa mucho más que dinero: es una señal de reconocimiento, de profesionalización y de que el deporte femenino avanza a paso firme.
Hoy, los reflectores apuntan hacia un grupo selecto de estrellas que no solo brillan dentro de la cancha, sino que también están redefiniendo el valor de una futbolista en el mercado global.
Las cinco jugadoras más caras del fútbol femenino
La futbolista más cara del planeta es Grace Geyoro, mediocampista francesa que dejó el Paris Saint-Germain para unirse al London City Lionesses en septiembre de 2025. Su traspaso rondó los 1.9 millones de dólares, una cifra récord que la convirtió en la jugadora mejor valuada en la historia del fútbol femenino.
La futbolista, de 27 años, es referente de la selección de Francia y una de las mediocampistas más completas del mundo, reconocida por su liderazgo y consistencia.
En segundo lugar aparece Lizbeth Ovalle, la mexicana que dio el salto de Tigres UANL a Orlando Pride de la NWSL por 1.5 millones de dólares. Su llegada marcó un antes y un después para el fútbol mexicano: fue la primera jugadora de la Liga MX Femenil en protagonizar un traspaso de tal magnitud. Con apenas 25 años, “La Maga” es símbolo del talento latinoamericano que cada vez gana más espacio en el fútbol internacional.
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El podio lo completa Olivia Smith, joya canadiense de apenas 20 años que pasó de Liverpool a Arsenal por 1 millón de libras. Su caso es histórico, ya que fue la primera transferencia femenina en alcanzar esa cifra redonda en el fútbol inglés.
Detrás de ella aparece la estadounidense Naomi Girma, nueva defensora del Chelsea, cuyo pase desde San Diego Wave costó cerca de 900 mil libras. Cierra el Top 5 la zambiana Racheal Kundananji, quien rompió récords en 2024 al pasar del Madrid CFF al Bay FC por 685 mil libras, convirtiéndose en la jugadora africana más cara de la historia.
Un mercado que crece
Aunque los montos empiezan a sonar fuertes, las cifras del fútbol femenino todavía están lejos de los millones que se mueven en el masculino. Sin embargo, lo más interesante es ver cómo el crecimiento llegó de forma orgánica, sin el ruido mediático ni las cifras desmedidas. Cada récord que se rompe tiene un peso simbólico: muestra que los clubes están empezando a valorar el talento femenino de manera más justa, y que las jugadoras están conquistando terreno con base en su rendimiento.
Lo cierto es que el fútbol femenino no busca competir con el masculino, sino consolidar su propio camino. Hoy, cada transferencia récord (como la de Geyoro o la de Ovalle) refleja un avance colectivo: más inversión, más visibilidad y más oportunidades para las generaciones que vienen detrás.
