El Mundial de Estados Unidos 1994 dejó momentos inolvidables y sorpresas que marcaron un antes y un después en la historia de las Copas del Mundo. Entre ellas, la impresionante actuación de Bulgaria, que logró superar todas las expectativas tras clasificar de manera agónica a los octavos de final y dar el golpe ante Alemania, vigente campeón del mundo.
La selección búlgara, liderada por Hristo Stoichkov y Yordan Letchkov, demostró que la combinación de talento, determinación y espíritu de equipo podía poner a un país poco acostumbrado a brillar en el torneo frente a los grandes del fútbol mundial.
Antes de enfrentarse a los “Die Mannschaft”, los búlgaros habían tenido un inicio complicado, incluyendo una dura derrota ante Nigeria, pero logró reponerse con victorias clave ante Grecia y Argentina, asegurando su pase a octavos gracias a una mezcla de goles decisivos y algunos tropiezos inesperados de sus rivales.
El encuentro frente a México en los octavos de final evidenció la resiliencia búlgara. Tras un empate agónico en tiempo reglamentario y un incidente insólito con la portería, el partido se decidió en penales, donde se impusieron con claridad ante el “Tri”, demostrando su carácter y preparación para lo que sería su gran cita ante Alemania.
La remontada histórica ante Alemania
En los cuartos de final, Bulgaria se enfrentó a Alemania en un duelo que muchos daban por decidido a favor de los campeones vigentes. Sin embargo, el equipo dirigido por Dimitar Penev mostró un fútbol atrevido y efectivo. Matthäus adelantó a los germanos desde el punto de penalti, pero sus rivales no se rindieron, y estaban dispuestos a hacer historia.
Stoichkov igualó con un magistral tiro libre y, casi de inmediato, Letchkov selló la victoria con un cabezazo que desató la euforia en el banquillo y entre los hinchas. Este triunfo histórico catapultó a Bulgaria a las semifinales del Mundial por primera vez en su historia.
Te puede interesar: Mundial 2026: Gol de Maradona a Inglaterra será inmortalizado en una moneda conmemorativa
Bulgaria deja huella en Estados Unidos 1994
El camino búlgaro continuó enfrentando a Italia por un lugar en la final, donde Roberto Baggio se convirtió en la estrella del partido, dejando a los europeos fuera de la lucha por el título. Aun así, la selección liderada por Penev consiguió posicionarse entre los cuatro mejores equipos del mundo, un logro sin precedentes para el país. Con Stoichkov y Salenko como máximos goleadores del torneo, la selección cambió su historia en los mundiales, pasando de no haber ganado ningún partido en torneos anteriores a convertirse en una de las sensaciones de 1994.
El tercer puesto, tras perder ante Suecia, no empañó la hazaña. La selección regresó a su país como héroe, dejando un legado que aún se recuerda en la historia del fútbol mundial y mostrando que incluso los equipos con menor tradición en Copas del Mundo pueden alcanzar logros históricos con talento, valentía y determinación.
