José Mourinho, entrenador de Fenerbahçe, se encuentra en el centro de una nueva controversia luego de sus polémicas declaraciones tras el clásico turco contra Galatasaray. El técnico portugués había sido sancionado con una suspensión de cuatro partidos y una multa económica de 42.500 euros (901.327,25 pesos mexicanos) por comentarios racistas, en los que dijo que los miembros del banco rival "saltaban como monos". Sin embargo, tras recurrir la sanción, el Consejo de Arbitraje de la Federación Turca de Fútbol (TFF) redujo la pena a dos partidos de suspensión y la multa a 14.700 euros (311.753,19 pesos mexicanos). Esta rebaja ha generado una gran discusión en el fútbol turco, especialmente debido al trasfondo de la rivalidad histórica entre ambos clubes.
Pero el escándalo no terminó con la reducción de la sanción, ya que Mourinho ha decidido llevar el caso a los tribunales. El entrenador ha demandado al Galatasaray, solicitando una indemnización por daños morales. Según un comunicado oficial de "Los canarios amarillos", José exige 1.907.000 liras turcas, aproximadamente 50 mil euros (1.060.385,00 pesos mexicanos), en compensación por lo que considera una vulneración de sus derechos personales. La cifra no es casual, ya que hace referencia al año de fundación del Fenerbahçe (1907), un guiño a la historia del club y una forma de reafirmar el orgullo hacia su equipo.
El motivo del enfrentamiento entre “Mou” y Galatasaray comenzó durante el partido de la Superliga turca, que terminó en empate 0-0. Fue el primer encuentro de la liga dirigido por un árbitro extranjero, el esloveno Slavko Vincic, después de que Fenerbahçe solicitara esta medida. En medio de la controversia, el entrenador lanzó sus comentarios sobre el comportamiento del banco de los contricantes, lo que desató una serie de críticas mutuas entre los entrenadores de ambos equipos. Okan Buruk, técnico del club rival, calificó a al portugués de "llorón" por sus declaraciones, lo que avivó aún más el conflicto.
La tensión entre los equipos turcos crece
La rivalidad entre ambos equipos es una de las más intensas en el fútbol mundial, y los recientes incidentes solo han añadido leña al fuego. Ambos han protagonizado enfrentamientos históricos que trascienden lo deportivo, convirtiendo cada clásico en un espectáculo de alta tensión. El comportamiento de los jugadores, entrenadores y seguidores de ambos clubes ha generado una atmósfera de polarización, especialmente con la figura de Mourinho en el centro del debate.
Este conflicto, que comenzó con un simple comentario, ha escalado hasta convertirse en una batalla legal que podría redefinir las relaciones entre los clubes más importantes de Turquía.
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