El presente de Porto se ha vuelto cada vez más tenso tras una nueva derrota en la liga portuguesa, esta vez frente al modesto Estrela Amadora. El equipo, lejos de asegurar su boleto a la próxima Champions League, ha desatado la furia de sus aficionados, quienes no han dudado en manifestarse con duros mensajes contra la directiva. Si bien los ataques no se enfocaron directamente en el entrenador Martín Anselmi, la crítica al rumbo del club ha sido contundente. ¿Volverá a Cruz Azul? ¡Entérate!
Las pintadas alrededor del centro de entrenamiento de los “Dragones" reflejan el clima interno: la paciencia se agota. Las frases cargadas de enojo apuntaron con fuerza al presidente André Villas-Boas, a quien acusan de deteriorar el legado del club. Aunque públicamente respaldó al técnico argentino, las críticas hacia su gestión se intensifican a medida que el equipo se aleja de sus objetivos deportivos.
Aun así, desde la dirigencia prefieren mantener la calma. La razón principal para no tomar una decisión drástica es económica: Anselmi cuenta con una cláusula de rescisión de seis millones de dólares. En tiempos de contención financiera, Porto optó por evitar ese gasto, al menos hasta que finalice su participación en el próximo Mundial de Clubes.
Porto se inclina por la continuidad: Anselmi no regresará a Cruz Azul
Pese a los rumores que lo vinculaban con un posible regreso a Cruz Azul, desde Portugal aseguran que Martín continuará en el banquillo del cuadro portugués, al menos hasta después del Mundial de Clubes. La elevada cláusula de rescisión y la intención de no repetir errores del pasado pesaron más que los malos resultados deportivos.
El presidente Villas-Boas considera que el argentino necesita tiempo para consolidar su proyecto. “Su estilo de juego exige una etapa de adaptación”, explicó semanas atrás. Así, cualquier movimiento hacia México ha quedado descartado por ahora, lo que obliga a la “Máquina” a buscar otra alternativa para el banquillo cementero.
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Protestas y presión sobre Villas-Boas
Más allá del técnico, el foco de las críticas se ha posado con firmeza sobre la máxima autoridad del club europeo. Las pancartas y mensajes distribuidos por los hinchas a las afueras de la institución lo tildan de “dictador” y lo acusan de “destruir el legado” del Porto.
Con la temporada en su tramo final y sin grandes logros en el horizonte, el presidente tendrá que tomar decisiones clave para reconstruir el vínculo con la afición y devolverle al club su protagonismo histórico. Por ahora, mantiene su apuesta por Anselmi, pero el margen de error se acorta.
