Pocos fichajes en el fútbol mexicano han generado tanto revuelo como el de Diego Armando Maradona en 2018. Aquel anuncio sacudió no solo a la Liga de Expansión, sino al deporte internacional, cuando el legendario goleador sudamericano aceptó dirigir a los Dorados de Sinaloa. En medio del escepticismo y el asombro, el “Pelusa” arribó a Culiacán con el reto de transformar al club sinaloense.
Durante su estancia, el astro argentino sorprendió a propios y extraños con una propuesta intensa, carisma desbordante y un efecto inmediato en el rendimiento del equipo. Bajo su mando, los Dorados alcanzaron dos finales consecutivas, algo impensado antes de su llegada. A pesar de caer en ambas ante Atlético de San Luis, el “Gran Pez” vivió una de sus épocas “doradas” más recordadas.
El paso del "10" duró apenas 11 meses, pero dejó una huella profunda en la afición mexicana y en el fútbol de ascenso. Su figura atrajo reflectores internacionales y cambió, al menos por un tiempo, la percepción sobre lo que podía significar la Liga de Expansión MX en el concierto global.
¿Cuánto ganaba Diego Maradona como DT de Dorados de Sinaloa?
Según el portal Récord, Diego fue uno de los técnicos mejor pagados del balompié azteca durante su estancia. Se ubicó sólo por debajo de Ricardo "Tuca" Ferretti en la lista de salarios, cobrando 150 mil dólares mensuales, lo que equivalía a poco más de 3 millones de pesos en ese momento.
En total, por los casi 11 meses que duró su contrato, el argentino percibió alrededor de 1.6 millones de dólares, es decir, cerca de 32 millones 800 mil pesos. Esta inversión representó un gran esfuerzo económico por parte de Dorados, pero también atrajo patrocinios, atención mediática y llenos constantes en el estadio.
Te puede interesar: Fans del Club Santos arman "coperacha" para comprar al equipo, mientras anuncian a su nuevo DT
El legado de Diego en Sinaloa
Más allá de los números, Maradona logró lo impensado: convertir a "El Gran Pez" en noticia mundial. Su sola presencia elevó el perfil del club, generó nuevos seguidores y le dio visibilidad a una división usualmente marginada. Su forma de vivir los partidos, su relación con los jugadores y la intensidad que transmitía en cada entrenamiento dejaron una marca indeleble.
Para muchos, su paso por Sinaloa fue una muestra de que el fútbol va más allá de la élite. Fue también una historia de redención personal para “Diegote”, quien encontró en ese humilde club un espacio para volver a disfrutar del deporte que amaba. Aunque su ciclo no terminó en título, sí lo hizo en cariño, respeto y una conexión imborrable con una ciudad que lo acogió como uno de los suyos.
