La acción de Naomi Osaka va más allá de sólo usar un cubrebocas. Rebasa las medidas sanitarias de los organizadores por controlar la salud de los jugadores ante la pandemia. La jugadora japonesa vio en todo ello una oportunidad de manifestarse con los nombres de siete personas en los diseños de sus cubrebocas.
Previo a su primer partido en el US Open, la oriental de padre haitiano mostró el nombre de Breonna Taylor, una mujer afroamericana asesinada por la policía en Louisville, en marzo pasado. Con el paso de los partidos, Osaka siguió mostrando nombres de personas que fueron víctimas de alguna injusticia racial.
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La tenista tiene diseñados siete cubrebocas con nombres diferentes, mismo número de partidos que necesita para llegar a la final y consagrarse en el torneo, para reafirmarse como una de las mejores y mantenerse como la jugadora que más ingresos registra.
Es bastante triste que siete máscaras no sean suficientes para la cantidad de nombres, así que espero llegar a la final para que puedan verlos a todos", dijo Osaka, que levantó su primer trofeo de US Open en 2018 y del Abierto de Australia en 2019.
Osaka publicó en sus redes sociales sobre el "genocidio continuo de personas negras", en respuesta al tiroteo de Jacob Blake en Kenosha, Wisconsin. Después, el Masters 1000 de Cincinnati anunció que no habría juego el jueves antes de reanudar el viernes, esto ante las protestas raciales. La detención del tenis siguió a la suspensión de los juegos de la NBA, las Grandes Ligas de Beisbol, la MLS y la WNBA a raíz del tiroteo de Blake y las protestas posteriores.
Ahora Osaka, cuarta sembrada del torneo, se enfrenta en los octavos de final a Anett Kontaveit, por un puesto en la siguiente ronda del Major estadounidense.
FDR