El programa Contrapunto del 25 de enero de 1984, conducido por Jacobo Zabludowski, pasó a la historia porque Santo dio a conocer por primera vez y de forma voluntaria su rostro, aunque hubo otro hombre que ya lo había mostrado sin máscara, en una imagen que se hizo muy popular y acabó con el mito del Enmascarado de Plata.
Esa ocasión, el tema del programa conducido por Jacobo Zabludowski era ‘Lucha libre: ¿Circo, maroma, teatro o deporte?’’ y los invitados eran Blue Demon, Mocho Cota, Wolf Rubisnki y Santo, quien se despojó de su tapa por unos segundos, dejando ver en su totalidad su identidad.
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Otro que tuvo la oportunidad de ver sin su tapa al Santo fue Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, quien coincidió con él y con Blue Demon en un viaje a Nueva York, donde ambos luchadores se presentarían en una función de lucha libre en el Madison Square Garden.
Santo y Blue Demon iban con sus respectivas tapas, aunque con la boca descubierta por cuestiones de comodidad, hasta que a la hora de pasar por la Aduana de repente Chespirito los perdió de vista solo por unos segundos, pues luego luego los identificó por la voz del Enmascarado de Plata, inconfundible, además de las manos de Demonio Azul, que aparte de ser gigantes, estaban deformadas por la artritis.
Además de Jacobo Zabludowski, ¿quién más le quitó la máscara al Santo?
En un video dado subido a Youtube por ‘MisticieroTV’ se dio a conocer que Santo, El Enmascarado de Plata, fue evidenciado sin su máscara por José Guadalupe Cruz, uno de los creadores de cómics más grandes de todos los tiempos, quien después de triunfar en su natal Jalisco se mudó a la Ciudad de México y fundó su propia editorial:
Fue pionero de fotonovelas como Juan Sin Miedo, Carta Brava, El Plebeyo, Adelita y El Valiente, aunque ninguna con el éxito de Santo, El Enmascarado de Plata, el cual vio la luz en 1952 y para el que el luchador posaba ante enemigos como asesinos y ladrones, alcanzando un éxito brutal que lo catapultaron al cine ante momias, brujas, extraterrestres, vampiros y seres sobrenaturales.
Pero todo acabó cuando Santo y José G. Cruz se vieron inmersos en una disputa legal en los 70, cuando el luchador no pudo llegar a una sesión de fotos y el fotógrafo los sustituyó con otra persona con incluso mejor físico.
Eso no lo toleró Santo, quien lo demandó y hasta logró que cerraran la editorial y que cruz fuera encarcelado por unos días, quien en revancha lo primero que hizo al salir de la cárcel fue algo inverosímil: dio a conocer el nombre real de Santo, Rodolfo Guzmán Huerta, además de mostrar una fotografía de él sin máscara, en exclusiva para la revista Vedettes y Deportes pero que replicaron todos los medios, dando fin al Enmascarado de Plata.
EG