Gimnasia

Kerri Strug y su salto histórico: la hazaña que dio el oro a EEUU en Atlanta 1996

La gimnasta estadounidense desafió el dolor y aseguró el oro por equipos en Atlanta 1996, dejando un legado de valentía y determinación histórica

Kerri Strug y su salto histórico: la hazaña que dio el oro a EEUU en Atlanta 1996
Kerri Strug y su inmortal salto en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 Foto: Redes Sociales / Heraldo Deportes

En los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, Kerri Strug escribió uno de los capítulos más inolvidables de la gimnasia artística y del deporte estadounidense. Con solo 18 años, la gimnasta enfrentó un desafío que trascendió la competencia: ejecutar un salto decisivo con el tobillo lesionado para asegurar la primera medalla de oro por equipos de Estados Unidos en la historia.

Lo que muchos no saben es que ella había dedicado toda su vida a prepararse para ese momento. Cada entrenamiento, cada salto, cada caída la había conducido a la máxima gloria olímpica. Sin ese último esfuerzo, no solo habría puesto en riesgo el triunfo del equipo, sino que también difícilmente habría tenido otra oportunidad de competir al más alto nivel nuevamente. Su valentía la inmortalizó como parte de las “Siete Magníficas”, el equipo estadounidense que desafió a la historia de la gimnasia femenina.

Más allá del oro, aquel momento puso en evidencia los límites del alto rendimiento y el precio del éxito en un contexto histórico y político complejo. En plena post Guerra Fría, la rivalidad deportiva entre Estados Unidos y Rusia llevaba años siendo un reflejo de la competencia global, donde cada medalla simbolizaba mucho más que un logro atlético. Strug no solo competía por un equipo, competía por un país y por la consolidación de la hegemonía estadounidense en la gimnasia artística femenina.

Kerri Strug en los JJOO de Atlanta 1996. Foto: X @sisiesportes

La presión de Atlanta 1996

El 23 de julio de 1996, en el Georgia Dome, la competencia estaba al rojo vivo. Estados Unidos lideraba por 0.897 puntos frente a Rusia, y solo restaba la rotación de salto para definir el oro por equipos.

Tras las fallas consecutivas de Dominique Moceanu, toda la responsabilidad recayó sobre Kerri. La joven de 1,41 metros y cabello corto, originaria de Arizona, sabía que un salto perfecto podía cambiar la historia del deporte estadounidense.

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Kerri Strug en los JJOO de Atlanta de 1996. Foto: IG @kerristrug96

El salto heroico

Después de un primer intento que la dejó lesionada, Strug preguntó a su entrenador: “¿Necesitamos esto?”. Bela Karolyi le respondió: “Tienes que hacerlo. Te necesitamos para el oro. Tú puedes lograrlo. Más te vale que lo hagas”. Con determinación, corrió hacia el caballete y ejecutó un Yurchenko con giro y medio, aterrizando con precisión pese al dolor en su tobillo izquierdo. Su puntuación de 9.721 puntos aseguró la medalla de oro y selló su momento histórico.

El costo de la gloria

El salto heroico de Strug le costó un esguince de tercer grado del ligamento lateral y puso fin a su carrera olímpica. La gimnasta fue retirada del estadio en camilla, con el tobillo enyesado, mientras el público y los medios celebraban la victoria. Años después, ella reconocería: “No me arrepiento y me siento orgullosa de haber contribuido”, reflejando su compromiso con el equipo y con el deporte.

Kerri Strug asegura no arrepentirse por hacer el salto lesionada. Foto: X @FilmUpdates

¿Cuáles son los orígenes de Kerri Strug?

Comenzó su trayectoria olímpica en Barcelona 1992, a los 14 años, siendo la atleta más joven del equipo de Estados Unidos. Allí ganó la medalla de bronce por equipos y se convirtió en una promesa de la gimnasia. Atlanta 1996 representó el punto culminante de su carrera deportiva, consolidando su legado y demostrando que la determinación puede superar incluso el dolor físico más intenso.

Con el paso de los años, su famoso salto también ha sido cuestionado en documentales como Atleta A, que denunciaron abusos y maltratos dentro de USA Gymnastics (USAG). Gimnastas como Aly Raisman, Maggie Nichols y Simone Biles han expuesto la presión extrema y el ambiente tóxico que se vivía, donde solo triunfaban quienes soportaban exigencias que rozaban el límite de lo humano.

Comparación con Simone Biles

El caso de Strug contrasta con el de Biles en Tokio 2020. Mientras Kerri arriesgó su integridad física por el oro, Simone optó por priorizar su salud mental frente a los “twisties”, un fenómeno de desorientación aérea peligroso para gimnastas de alto nivel. Gabriel Caballero, psicólogo deportivo, explicó lo siguiente:

“Probablemente Biles tuvo una visión a largo plazo respecto a su carrera deportiva, y en Atlanta 1996, la mirada del cuerpo técnico debido al contexto geopolítico fue ganar esos juegos sin importar lo que pase después”.

Sin embargo, hoy Strug es socióloga graduada en Stanford, madre de dos hijos y trabaja en el Ministerio de Justicia. Su salto en Atlanta 1996 sigue siendo recordado como un momento emblemático de la historia olímpica, un ejemplo de valentía y sacrificio que ha inspirado a generaciones, mientras también plantea preguntas sobre los límites del deporte y la responsabilidad de entrenadores y federaciones.

 

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