El Gran Premio de Baréin dejó muchas señales para analizar, pero pocas fueron positivas para Red Bull. Mientras Oscar Piastri dominó con autoridad y McLaren dio un golpe sobre la mesa en la lucha por el campeonato, Max Verstappen se mostró frustrado y resignado luego de finalizar en un discreto sexto lugar, muy lejos de los puestos de vanguardia.
El neerlandés, vigente tricampeón del mundo, dejó claro que el RB21 no está a la altura de sus principales rivales en este inicio de temporada: “Todo lo que podía haber ido mal, fue mal. No estamos en la lucha por el Mundial”. En ese sentido, reconoció que ni siquiera una carrera perfecta le habría permitido aspirar a algo mejor en Sakhir: “No podíamos hacer más que un sexto puesto”.
Verstappen también se refirió al rendimiento general del equipo: “Fuimos demasiado lentos para pelear con los de arriba, y tuvimos que luchar en la clase media. Ese no es nuestro nivel”. Una reflexión que encendió las alarmas en Milton Keynes y que deja claro que el tricampeón ya no se siente favorito para esta campaña.

La preocupación se instala en Red Bull
Tras los dichos de “Mad Max”, voces autorizadas dentro del paddock, como Toni Cuquerella, fueron tajantes sobre la situación del equipo. “¿Qué coche sería hoy el Red Bull? Para mí, es el cuarto. En un día bueno, Max puede salvarte, pero no va a ser tan sencillo seguir haciendo esa magia”, analizó el ingeniero español.
El panorama, según Cuquerella, es complicado: el RB21 ya no es dominante, y McLaren, Ferrari e incluso Mercedes parecen tener más potencial en este momento. “Están lejos de ganar, y si el coche no mejora pronto, ni Verstappen podrá sostener al equipo arriba”, concluyó.
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Mientras tanto, Red Bull trabaja contrarreloj para encontrar soluciones, pero en palabras de su propio piloto estrella, por ahora están “intentando arreglar un auto que no está para pelear por el campeonato”.
Red Bull, un desastre para Verstappen
Como durante todo el fin de semana, Max vivió una pesadilla a bordo del monoplaza. El neerlandés no solo se quejaba constantemente por radio de la falta de ritmo, sino también de problemas para frenar, lo que lo dejaba totalmente expuesto ante sus rivales. Fue superado con facilidad por el Williams de Carlos Sainz y el Mercedes del joven Andrea Kimi Antonelli, lo que refleja el difícil momento del equipo.
A pesar de su talento, apenas pudo mantenerse en pista peleando por puntos. El monoplaza de Red Bull se mostró no solo inferior frente a McLaren, Mercedes y Ferrari, sino que incluso Alpine lució más competitivo en ciertos tramos de la carrera. El sexto lugar final fue más mérito del piloto que del auto, ya que logró superar a Pierre Gasly casi exclusivamente gracias a su habilidad al volante y no por prestaciones técnicas.