Renata Zarazúa escribió una de las páginas más brillantes del tenis mexicano en Nueva York. La capitalina derrotó a Madison Keys, la campeona del Abierto de Australia y actual número 6 del ranking mundial, en un auténtico partidazo de más de tres horas disputado en el Arthur Ashe Stadium, la cancha más grande de este circuito.
El duelo tuvo tintes épicos: la azteca perdió un ajustadísimo primer set en tiebreak 6 (10) - 7 (12), pero no bajó los brazos y respondió con la misma moneda en el segundo, 7 (7) - 6 (3). En el tercero, con temple y regularidad, forzó errores de la local hasta sellar el 7-5 definitivo que le dio la mejor victoria de su carrera.
Con lágrimas contenidas, “Rena” agradeció el apoyo de los aficionados: “Estaba muy nerviosa, casi llorando, pero el ambiente me hizo soltarme. Escuché a los mexicanos en la tribuna y eso me dio fuerzas”. Así, consiguió su primer triunfo sobre una top 10, algo que ninguna mexicana lograba en un Grand Slam desde 1995.
El hito histórico de Zarazúa
El triunfo ante la estadounidense no fue solo un golpe de autoridad, también confirmó a Renata Zarazúa como la primera tenista mexicana en disputar partidos en las canchas centrales de los cuatro Grand Slam. Ya lo había hecho en Roland Garros 2020 ante Elina Svitolina, en Wimbledon 2024 contra Emma Raducanu y en el Australian Open 2025 frente a Jasmine Paolini. Ahora, con su estreno en el Arthur Ashe del US Open, cerró un recorrido que la coloca en un lugar histórico para el tenis nacional.
Además, por segundo año consecutivo, la mexicana logra jugar el cuadro principal de los cuatro grandes, consolidando una regularidad inédita para el país tricolor en el circuito WTA.
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El contexto y las leyendas mexicanas
La gesta de la oriunda de Ciudad de México toma más valor si se recuerda la historia del tenis mexicano en Grand Slams. Antes de ella, Angélica Gavaldón había sido la última referente en disputar de manera continua los cuatro torneos en los años noventa, llegando incluso a cuartos de final en Australia en 1990 y 1995. Mucho más atrás, Yola Ramírez marcó la época dorada del tenis femenino nacional, con finales en Roland Garros (1960 y 1962) y en el US Open (1961), además de títulos de dobles.
Ahora, casi tres décadas después de la última gran victoria mexicana sobre una top 10 en un Major, Renata Zarazúa devolvió la esperanza con un triunfo inolvidable que quedará grabado en la memoria del deporte nacional.
