La lucha libre nuevamente está de luto, luego de confirmarse el fallecimiento de Estela Molina, una de las primeras exponentes de la categoría femenil en México, en este complicado deporte.
La primera campeona mundial mexicana en la historia en la década de los 70, murió a los 77 años, dejando un legado imborrable en el pancracio nacional, que siempre la recordará como una gran leyenda.
Cabe destacar que desde el pasado 21 de julio, su eterna rival, Pantera Sureña, confirmó que Estela Molina se encontraba delicada de salud; incluso, no tenía fuerzas para levantarse de su cama. Finalmente, se confirmó su muerte la madrugada de este jueves 28 de agosto y hasta el momento se desconocen las causas.
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@gabrielfcordero
¿Quién fue Estela Molina, pionera de la lucha libre femenil mexicana?
Evelina Molina, verdadero nombre de la histórica luchadora Estela Molina, nació el 13 de marzo de 1948, en Ciudad Guzmán, Jalisco. Comenzó su andar profesional en los cuadriláteros en 1969, entrenando bajo las órdenes de Cuauhtémoc “Diablo” Velasco, desarrollando un estilo aguerrido que la impulsó al estrellato.
Fue el 31 de marzo de 1979 cuando consiguió uno de sus máximos logros al vencer a Pantera Sureña, en una lucha de apuestas de cabellera contra cabellera en el Toreo de Cuatro Caminos.
Luego, el 23 de diciembre de ese mismo año, su nombre se baló de oro al hacer historia, luego de vencer a la estadounidense Vickie Williams, apoderándose del Campeonato Mundial Femenil de la UWA y con ello se convirtió en la primera mexicana en ostentar un título del mundo.
¿Qué rivalidades tuvo Estela Molina en la lucha libre?
Además de sostener una rivalidad entrañable con Pantera Sureña, Estela Molina también se enfrentó a otras grandes leyendas femeniles del pancracio nacional.
Protagonizó intensas luchas en contra de Vicky Carranza y Reyna Gallegos; con ésta última perdió una lucha de cabelleras en 1987, en un combate que es parte de la historia de este deporte.
Su andar sobre el ring se extendió hasta los 90 y luego de casi tres décadas después de actividad, decidió dejar el deporte de los costalazos para dar paso a la leyenda, marcando una época de oro en la lucha libre femenil.