Mónica Vergara lleva en sus hombros la bandera del futbol femenil en México. Ese es su juego, su revolución, su único lugar de militancia política. Durante más de medio siglo, las mujeres enfrentaron ficciones de una sociedad cercada por muros: que jugaban mal, que aburrían, que debían dedicarse a las labores de casa, porque el futbol no era para ellas. Y sin embargo ellas, en la profunda trama de la desigualdad social y deportiva, les tiraron un caño a todas esas voces cantoras. En las calles, en movimientos sociales, en el torneo local. Y ahora también en la Selección Nacional.
Nunca en la historia un equipo mexicano femenino había tenido como entrenadora a una mujer. “Era la candidata idónea”, dice Leonardo Cuéllar, el técnico que encaminó su proceso formativo desde la categoría Sub 15 hasta la Sub 17. La revolución de Mónica empezó en el Deportivo Santa Cruz Meyehualco, a finales de los años 80, cuando sus padres la inscribieron en un club infantil del Necaxa. Ahí, con la camiseta a rayas rojas, combatió el machismo recalcitrante con rebeldía, desobediencia y talento ante decenas hombres que cuestionaban su deseo de tener sueños de futbol.
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“De ahí nació que me apodaran ‘La Ratona’, porque en ese entonces había llegado a México (Sergio) ‘El Ratón’ Zarate, una de las grandes figuras del Necaxa”, recuerda Vergara, tan hábil en espacios cortos como lo era entonces el delantero argentino. Luego, en 1999, fue parte de la primera generación de mexicanas que jugaron una Copa del Mundo. Lo hizo con sólo 15 años, sin equipos formativos ni una liga profesional de futbol. Y en un contexto que definía -y todavía define- a las niñas y mujeres futbolistas como machorras, marimachas y tortilleras.
Mientras los altos cargos del futbol femenil quedaban en manos de entrenadores con cuestionados resultados, Mónica empezó su carrera como estratega en categorías menores. Al poco tiempo de su proceso, consiguió la medalla de bronce en un mundial juvenil (2014) y se unió al equipo de trabajo de los Cuéllar como auxiliar técnico. En Uruguay 2018, la mexicana ideó un plan para conseguir la Copa del Mundo Sub 17, y se quedó a sólo un paso: ‘In lak’ech, hala ken’. Dos palabras en maya que significan ‘Tú eres otro yo, yo soy otro tú’ y que sus jugadoras se pintaban en el brazo.
“’In lak’ech, hala ken’ es una extensión de reconocimiento, de amor hacia el prójimo. Saber que yo soy otro tú y tú eres otro yo, y que juntos podemos hacer cosas mágicas y espectaculares. A veces puedo parecer muy patriota y nacionalista, pero creo mucho en nuestra gente. En mi país. Y sé que trabajando juntos los sueños se facilitan”, dice, y con razón, después de haber hecho posible el primer subcampeonato del mundo de la categoría en la historia de la selección femenil.
El siguiente paso que allanó el camino fue la salida de Christopher Cuéllar, hijo de Leo, quien tomó el cargo en 2019 y no pudo mejorar la reputación de su apellido. El presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Yon de Luisa, anunció el 23 de enero la promoción de Mónica como seleccionadora nacional, así como la llegada de otras ex jugadoras a la estructura del futbol femenil: Maribel Domínguez, en la Sub 20; y Ana Galindo, en la Sub 17.
“Necesitamos instituciones que se atrevan, no sólo porque seamos mujeres. La mujer está preparada para los diferentes ámbitos en donde se les han abierto las puertas. Y el empoderamiento de la mujer y la equidad de género son cosas de las que tenemos que hablar. Que se sigan permeando en la sociedad, para que sepan que es importante valorar a las personas. Y seguir empujando para defender nuestros valores”, agrega.
Y empujando llegó con su equipo al Estadio Azteca, en su primer partido oficial ante Costa Rica. Y supo entonces que jugar es un acto revolucionario. Que su equipo tiene nombre de futuro y se llama 'Venceremos'. Porque vencer es parte del futbol, las mujeres y la Selección Mexicana Femenil.
¿El pasado es un punto de partida?
Siempre. Yo trato de no dejar a esa niña que me llevó a cumplir mis sueños. A no ser indiferente con las cosas que nos suceden todos los días. El momento de mi vida en el que estoy me dice que quiero seguir valorando eso. Tal vez no soy la misma, y eso también es bueno porque te va transformando. Pero sigo viviendo todo con la misma ilusión, la misma emoción, y es bonito conectar hacia atrás y darle las gracias a esa ‘Ratoncita’ de trenzas. Y decirle: ‘mira dónde empezaste y dónde estás ahora. Puedes lograr lo todo lo que imagines'.
¿Y qué diría ella?
Nunca lo había pensado (se ríe). Tal vez que los mayores sacrificios fueron tomas de decisiones. Que fue una apasionada desde muy pequeña y prefería salir a jugar que pasar tiempo con su familia. La vida le enseñó que siempre hay tiempo para todo. Cuando la llamaron de la Selección Mexicana, esa niña se dio cuenta que todo valía la pena. Y que no era suerte, que era el trabajo el que le ofrecía esas oportunidades. Y que sólo así podía acercarse a sus sueños. Por eso siempre la tengo presente.
Tres mujeres dirigiendo Selecciones Femeniles. ¿Era impensado?
Lo fue durante muchos años. Ahora, podemos ser un agente de cambio. Esta oportunidad va a inspirar. Lo vamos a hacer con todo el respeto que implica estar en este cargo. Somos mujeres que amamos nuestro país, a nuestra gente. Y, a través del futbol femenil, creemos que podemos lograr un impacto para la sociedad. Para crecer con valores.
¿Y para combatir también la violencia de género?
También. Tenemos que levantar la voz. Si las mujeres están viviendo cualquier forma de violencia, que levanten la voz. Habemos muchos mexicanos y mexicanas que vamos a estar con ellas. No están solas. Y tenemos que rechazar este tipo de situaciones. No podemos normalizar ningún tipo de violencia. El futbol femenil es un instrumento mediante el cual podemos dar este tipo de mensajes. Pedirle a la sociedad que levante la voz, que denuncie. Y que no sigamos permitiendo vivir este tipo de situaciones.
¿Qué es para usted el feminismo?
Inspiración, porque conecta con lo mejor de mí. Estoy muy orgullosa de las mujeres valientes que están levantando la voz, que están abriendo espacios. Que creen en sus ideales y están provocando que muchas generaciones tengan otra mentalidad, que sepan que todo lo que cruza por su cabeza es posible. Cada vez que se abre una oportunidad, las mujeres suelen hacer cosas increíbles. Y no es por casualidad.
¿Cómo se prepara una entrenadora para ser campeona del mundo?
Estando cerca de las jugadoras en los partidos. En todo este tiempo, he leído varias biografías de entrenadores que admiro muchísimo: Guillermo del Bosque, Pep Guardiola, José Mourinho. Las biografías de Jill Ellis y Pia Sundhage. Me gusta aprender de las personas que admiro y que me marcaron. También libros de historia y arte. Todo se complementa con el futbol.
¿Y ganar un Mundial es posible?
Lo creo. Es un desafío grande. Hay mucho trabajo por hacer, pero no me puedo poner límites. Las mujeres con pasión pueden cambiar el rumbo de todo lo que hacen. Y el futbol es un camino posible.
Por Alberto Aceves