Andy Ruiz fue el protagonista de la noche en su reaparición, cuando enfrentó a Chris Arreola, a quien venció por decisión unánime pese a dos titubeos que tuvo durante la pelea, en uno de ellos incluso visitando la lona.
Pero hubo dos distractores para los aficionados. Uno de ellos fue la pelea campal que se armó en las tribunas, con aficionados repartido a diestra y siniestra, rebasando a la fuerza policial del lugar que tardó en calmar los ánimos, cuando estaba en pleno la pelea de Ruiz y Arreola.
Seguir leyendo ...
El otro fue el hijo de Andy Ruiz, del mismo nombre, la tercera generación de 'Andys'. El mejor conocido como AJ se robó el show de su padre con un brilo en los ojos y su singular sonrisa, sin pena, con la travesura atravesada entre las comisuras y la libertad que le da el boxeador para ser, hacer y deshacer.
El pequeño AJ salió abriendo camino a su padre al salir rumbo al ring, cargando un cinturón y otro mini en el brazo, diciendo en repetidas ocasiones que su padre es el número uno.
Es muy extrovertido. No es tímido, dice lo que piensa, y eso es lo que todo el mundo ama de él. Es gracioso, baila cuando quiera, agarra las manoplas y trata de entrenar a todo el mundo. Es asombroso”, detalló el peleador de 31 años. “Yo solía ser un niño robusto. Un niño robusto y tímido, pero cuando estaba en el ring, encendía el interruptor y boom, me convertía en un pequeño destructor”, mencionó Andy Ruiz en entrevista con Los Angeles Times al hablar sobre su hijo.
Pero desde antes también tuvo el show a sus pies. Fue sparring, entrenador y cómplice de Saúl Álvarez durante los entrenamientos de Andy Ruiz. Incluso hizo bailar al Canelo en las sesiones que ambos tenían en el gimnasio del Canelo Team.
Él es mi gran motivación y me encanta llevarlo al gimnasio. Todo el mundo lo quiere cuando viene al gimnasio. Trae la luz consigo”, mencionó Ruiz en la mencionada charla.
Después de la pelea de The Destroyer, el pequeño AJ no pudo contener las lágrimas a la espera de conocer la decisión de los jueces, que al final fallaron a favor de su padre de forma unánime, desatando la rabia de Chris Arreola, que llenó de groserías los oídos de todos los presentes, incluido el hijo de Ruiz.
Las lágrimas pasaron en conferencia de prensa, donde el travieso Andy Tercero probó los micrófonos donde hablarían su padre y el entrenador de él, Eddy Reynoso.
La sonrisa de travesura nunca se fue y parece que seguirá alumbrando los entrenamientos de su padre, hasta que decida si seguirá sus pasos y los juegos de niño pasen a ser títulos de campeonato del mundo.
Si él quiere pelear, lo apoyo al 100%, pero peleo para que ellos no tengan que pelear”, dijo. “Prefiero que vaya a la escuela, se eduque y todo eso, pero lo voy a apoyar en lo que quiera hacer”, agregó el peleador.
FDR