Durante muchos años uno de los grandes problemas del futbol inglés fueron los Hooligans, uno de los movimientos de aficionados con mayor reconocimiento mundial y no por buenas cosas, sino por provocar algunos de los escándalos más escalofriantes jamás vistos.
Estos grupos radicales parecía habían sido disueltos hace algunos años, pero los hechos actuales nos hacen pensar lo contrario y es que este sábado aficionados del Manchester United y del Leeds United se enfrentaron a las afueras de Old Trafford con sillas, botes de basura y cualquier cantidad de objetos.
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Los hechos fueron captados por un grupo de personas que estaban en un café y a pesar de que la policía trató de poner orden, no fue posible arrestar a ningún sospechoso.
El partido en cuestión finalizó 5-1 a favor de los Red Devils, con goles de Bruno Fernandes, Mason Greenwood y Frederico Rodrigues, Luke Ayling descontó para los dirigidos por Marcelo Bielsa.
Hay que recordar que en la final de la Eurocopa 2021 entre Inglaterra e Italia, algunos aficionados británicos intentaron entrar al estadio de Wembley a la fuerza, otros protagonizaron algunas peleas y disturbios dentro de las instalaciones.
Las tragedias que han provocado los Hooligans
Basta con decir que en 1985 previo a la final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus, los Hoolingans provocaron múltiples altercados en Bruselas (sede del partido): destrozaron negocios, los asaltaron y acosaron a las mujeres.
La lógica indicaba que el encuentro debía ser cancelado, pero no fue así y las consecuencias fueron fatales.
Ya en el estadio y una hora antes de que iniciara el partido, los Hooligans provocaron una estampida en una tribuna mixta que dejó un saldo de 39 fallecidos y 600 heridos, algunos fueron aplastados y pisoteados y otros quedaron atorados en los alambrados.
De cualquier forma el duelo se llevó a cabo, lo ganaron los italianos con gol solitario de Michel Platini, mientras los cadáveres estaban descansando en una cancha auxiliar cubiertos por las banderas de sus equipos.
Fue hasta 1989 que 14 Hooligans involucrados en la tragedia fueron condenados a tres años de prisión (solo estuvieron la mitad del tiempo), pero lo más grave se lo llevaron los equipos ingleses que fueron suspendidos cinco años de toda competencia internacional, a excepción del Liverpool que fue suspendido 10 años (después se redujeron a seis).
En 1989 otra avalancha provocó la muerte de 96 personas y en ese momento Margaret Thatcher, que era primera Ministra de Reino Unido, tomó medidas drásticas para eliminar a los Hooligans: le dio más poder a la policía, las sanciones a los aficionados fueron más severas y los clubes recibieron préstamos para modificar su seguridad.