Un destino increíble tuvo uno de los ex participantes del Exatlón México, quien luego de dar lo mejor de sí en los circuitos y pistas del la temporada Guardianes vs Conquisadores, terminó como limpiaparabrisas en uno de los miles de cruceros de la CDMX por culpa de Koke y Yussef.
Se trata de un atleta que fue el cuarto eliminado de la quinta temporada del reality show más extremo y demandante de la televisión mexicana, luego de haber perdido en el Duelo de Eliminación.
Te podría interesar
A sus 26 años y originario de Yucatán, dicho participante del Exatlón México es tenista de mesa y practica crossfit, obtenido diferentes preseas en Olimpiadas Nacionales, torneos Inter Escolares (La Salle) y el Circuito Mundial en 2009.
Desgraciadamente y a pesar de ser uno de los consentidos de la temporada Guardianes vs Conquistadores, este deportista sufre una enfermedad llamada queratocono, que se refiere a que tiene la córnea en forma de cono y para lo cual no existe cura.
“Practicando el tenis, entrenaba en un lugar donde había mucho sol, contaminación, mucho polvo, me empezó a dar algo que se llama ojo seco. Yo soy muy terco, me tallo mucho los ojos y me fui deformando la córnea”, explicó el atleta de Exatlón México.
Atleta se vuelve limpiaparabrisas por culpa de Koke y Yussef
El ex atleta del Exatlón México que decidió cambiar el deporte y las canchas por ser limpiaparabrisas en un crucero es Jonathan García, quien decidió realizar un reto con dos de sus mejores amigos de la competencia: Yuseff y Koke Guerrero.
Lastimosamente para él, perdió y tuvo que someterse al castigo de bajarse del vehículo en el que viajaban durante el semáforo para rifársela como limpiaparabrisas y ganarse unos cuantos pesos.
Con trapo en mano y la playera de Koke Guerrero, campeón del Exatlón All Star, Jonathan se dispuso a ejercer el oficio de limpiaparabrisas y aunque falló en su primer intento, no cuando se acercó a una camioneta, cuyos ocupantes sí permitieron que le diera una limpiadita a sus vidrios y de paso le dio cinco pesos.
Tras lograr su cometido, García regresó feliz y contento con sus cinco pesotes en mano después de hacerla de limpiaparabrisas.
EG