Julio César Chávez, el gran campeón mexicano, guarda tesoros del boxeo en su memoria. Campeonatos, nocauts, ganchos al hígado y rivales que lo pusieron a prueba, a pesar de ser imbatible. Uno de ellos, Meldrick Taylor, a quien mandó a la lona hace más de 30 años y contra quien, por primera vez en su vida, sintió de cerca la muerte.
“Ese momento marcó mi carrera. Fue la pelea más difícil, el peleador más grande al que enfrenté. Con el respeto de De la Hoya y los otros que me ganaron, Taylor fue el mejor, el más rápido, el más fuerte, tenía todo lo que un peleador quiere tener. Era Campeón Olímpico, Campeón Mundial invicto.
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“Es la única pelea en la que sentí la muerte, se siente horrible. Estaba con un peleador más rápido que yo, más fuerte que yo, pero no tenía los huevos que yo tenía. Quise pelear a un ritmo sobrehumano para no verme lento junto a él, desde el primer round estuve sobre él, veía que la pelea se alargaba”, dijo, en entrevista con TUDN.
El combate entre ambos ocurrió el 17 de marzo de 1990. A decir de Chávez, producto del cansancio y el desgaste, pudo haber sufrido un derrame cerebral, segundos después de haber conseguido el nocaut ante Taylor.
“Me quería desmayar, quería vomitar. Si hubiera vomitado me da un derrame cerebral y tal vez no la cuento”, concluyó.
AH