Hace un días durante una entrevista, el boxeador estadounidense Keith Thurman, habló sobre su pelea en contra del filipino Manny Pacquiao en julio del 2019, donde señaló su pegada se sentía extraña.
Comentó los puños de Pacman se sentían secos como de cemento, levantando sospechas sobre si el experimentado púgil consumía alguna sustancia, pues aseveró no hubo una prueba antidopaje.
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Por su parte el argentino Lucas Matthysse, quien lo enfrentó en 2018, confirmó la versión de Thurman, al señalar que los impactos del filipino se sienten extraños y lastimaban de forma exagerada cada vez que conectaban.
El sudamericano comenta que probablemente tenía los guantes muy ajustados, pero desconoce a ciencia cierta la razón de la rareza en los golpes de Manny, recordando que en cada conexión le temblaban la piernas.
A pesar de haber perdido la pelea por TKO, señala no se sintió noqueado en ningún momento, fue una sensación extraña haber pedido de esa forma, pero estar totalmente en sus cinco sentidos.
En cuanto al control antidoping del combate realizado en Kuala Lumpur, Malasia, Matthysse comenta sí se le realizaron estrictas pruebas, pero jamás vio a Pacquiao presente para hacerlas en un sitio frente al hotel donde se encontraba concentrado.
JV