Un infierno, así confesó Julio César Chávez que fue su proceso de rehabilitación para dejar las drogas y en el que lo trataron peor que a un perro, dijo, peor que si estuviera en una cárcel y donde no merecía tal trato, cuando como el gran campeón mexicano vivía rodeado y estaba acostumbrado a los lujos y los placeres.
Entrevistado por ‘DEMENTES popcast clip’, Julio César Chávez reconoció que a lo largo de su carrera siempre estuvo rodeado de mucha gente negativa, pues todos los narcotraficantes de todo el mundo lo buscaban, mandaban por él y se la amanecía con ellos, pues si no lo hacía se lo llevaban a fuerza.
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El motivo de Julio César Chávez para dejar las drogas
Afirmó que la primera vez que ya no podía con las drogas su esposa lo llevó a una supuesta clínica a Guadalajara, a la que accedió ir para que ya no lo estuvieran molestando pues ya hasta vomitaba sangre, había ido al hospital varias veces e incluso estuvo a punto de quitarse la vida.
“Ahí mi padrino me dijo: ‘Vente para acá. Te quieren conocer unos amigos’. Llegamos a un galerón y que me cierran la puerta de fierro detrás. Volteo y veo como a unos 120 cab… ones todos cochinos, todos mugrosos y que me dice: ‘Échale humildad, porque por hoy te vas a quedar aquí’. Yo le dije: ¡Estás pen… ejo! ¡Soy el gran campeón mexicano! ¡Sácame de aquí!’”, confesó Julio César Chávez, quien indicó que cinco hombres se le vinieron a los golpes y a todos los noqueó, pero con los otros 20 no pudo.
“Pasé los cuatro meses más amargos de toda mi pin… e perra vida. El primer mes me la pasé casi todo el tiempo amarrado. Al mes y medio ya me soltaron y ya empezaba yo a tener un poquito de humildad hasta para pedir comida, un cigarro, con la vista al frente y las manos atrás. Entonces le dije a mi padrino: ‘Ya sácame, ¿por qué estoy aquí?’. Y me decía: ‘No, ni mad… es. Aquí vas a estar, para que valores’ y otra vez al rincón, mientras decía: ‘¿Pues a quién violé? ¿A quién robé? ¿A quién maté para merecer esto.. ¿Qué hice?’”, añadió.
Julio César Chávez decía que les iba a echar a Amado Carrillo, al Chapo Guzmán, al Mayo Zambada o a (Juan José) Esparragoza, que eran sus amigos, para que les quemaran el lugar porque era muy duro, “durísimo tener a todos ahí parados en un rincón todo un mes, donde se cagaban y se meaban”.
Pero ni eso funcionó, pues a la semana de que salió se volvió a drogar, resentido con la familia y otra vez a pasar infiernos, a hacer sufrir a sus hijos, a su madre por otros dos años, hasta que con engaños lo sedaron y lo llevaron a una clínica de Tijuana y pasó otros cinco meses y medio hasta que finalmente pudo recuperarse… Hace dos meses cumplió 11 años limpio.
EG