Aunque tenía aptitudes innatas para el boxeo y era uno de los favoritos del inolvidable Carlos Monzón, este argentino que pudo convertirse en leyenda mundial terminó sus días noqueado y arrasado por una terrible enfermedad, producto de su desenfrenada vida de excesos. Aquí te decimos de quién se trata.
Nacido el 28 de abril de 1955 en Buenos Aires, Argentina, este durísimo argentino practicó varios deportes como basquetbol, natación y volibol, entre otras disciplinas, aunque finalmente decidió seguir los pasos de su padre, quien fue boxeador profesional de 1954 a 1961.
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Agarrarse a golpes de manera ilegal en peleas callejeras era su pasión, por lo que con una pegada respetable y buenos ganchos comenzó una corta carrera como amateur a los 14 años, con marca de 37 victorias, dos derrotas y tres empates para un total de 42 peleas.
En 1978 debutó como profesional, manteniendo un invicto por casi dos años. Su primera derrota fue por puntos ante Hugo Sergio Quartapelle, luego de la cual comenzó otro récord pues de 1980 a 1983 hizo 46 peleas, convirtiéndose en uno de los grandes atractivos del boxeo argentino y hasta favorito de Carlos Monzón.
Campeón del mundo y favorito de Carlos Monzón, fue noqueado por terrible enfermedad
Ubaldo Néstor Sacco, mejor conocido como Uby Sacco, era imposible de noquear, con una mandíbula durísima que lo llevó a convertirse en campeón superligero nacional en 1981 y luego campeón superligero sudamericano.
Tenía un talento innato que lo llevó a disputar el título mundial wélter júnior de la Asociación Mundial de Boxeo el 15 de diciembre de 1984 en Fort Worth ante el local Gene Hatcher, con quien perdió por decisión dividida. El 21 de julio de 1985 se realizó la revancha en el famoso casino de Campione d'Italia, donde esta vez Uby Sacco ganó el título por nocaut técnico en el noveno asalto.
Entonces su demonio interno se desató en fiestas con mujeres y sustancias sicoactivas que tomaba desde los 13 años, pero que comenzó a mezclar con alcohol y haciendo peleas aún borracho.
Luego de una larga historia de excesos, malos entrenamientos y problemas con la balanza, todo eso le cobró factura el 15 de marzo de 1986 al perder por puntos ante el italiano Patrizio Oliva, quien le arrebató su cinturón.
Tras esa derrota abandonó el boxeo a los 31 años y sin volver a subir profesionalmente a un cuadrilátero, para finalmente fallecer en Mar del Plata el 28 de mayo de 1997, tras una lucha contra el cáncer nasal derivado de la enfermedad del Sida.
Fue internado de urgencia por meningitis, que derivó en una sepsis que finalmente le produjo un paro cardiorrespiratorio, recordándonos a grandes figuras mundiales como Freddie Mercury, quien también se fue de este mundo por la misma terrible enfermedad.
EG