A lo largo de la historia del boxeo los fanáticos han sido testigos de las hazañas de peleadores que escalaron desde abajo para llegar a la cima, de otros que terminaron en la pobreza y de algunos que en la actualidad roban reflectores en redes sociales, pero también hay curiosos que se preguntan quién fue el pugilista más alto de todos los tiempos y aquí te lo decimos.
Es bien sabido que la estatura no determina la calidad de los boxeadores, de hecho, se han establecido distintas categorías con el fin de que la competencia entre atletas sea pareja, en el entendido de sus condiciones físicas.
Te podría interesar
Originalmente había ocho divisiones, luego se ampliaron a 17 (18 en Consejo Mundial de Boxeo) y son las siguientes con su respectivo límite de peso:
- Mínimo – 47.6 kilos
- Minimosca – 48.9 kilos
- Mosca – 50.8 kilos
- Supermosca – 52.1 kilos
- Gallo – 53.5 kilos
- Supergallo – 55.3 kilos
- Pluma – 57.1 kilos
- Superpluma – 58.9 kios
- Ligero – 61.2 kilos
- Superligero – 63.5 kilos
- Welter – 66.6 kilos
- Superwelter – 69.8 kilos
- Mediano – 72.5 kilos
- Supermediano – 76.2 kilos
- Semicompleto – 79. 3 kilos
- Crucero – 86.1 kilos
- Bridger – 90.7 kilos (CMB)
- Completo – más de 90.7 kilos
Sin embargo, hubo un personaje que rompía cualquier límite…
Te puede interesar: ¿Quién es el boxeador más noqueado de la historia?
¿Quién fue el boxeador más alto de la historia?
El boxeador más alto que el mundo ha visto fue Gogea Mitu, no fue campeón y ni siquiera protagonizó grandes carteleras, pero sí atrajo reflectores por su impresionante condición física: medía 2.24 metros, suficiente para también ser el rumano con mayor estatura, además, pesaba 183 kilos.
El Gigante de Marsani apenas registró siete duelos como profesional, no tenía habilidades destacadas como peleador, no obstante, uno de sus golpes bastaba para demoler una montaña; una tuberculosis le arrebató la vida a los 21 años de edad y muchos consideran que ese fin fue muy injusto.
Antes de incursionar en el deporte fue utilizado como una atracción para circo en Praga, aunque poseía una inteligencia destacada, se dice que aprendió a leer a los tres años sin pisar una escuela y su paso por los cuadriláteros fue muy mediático.