La pelea de Jaime Munguía reunió a varias estrellas del boxeo mexicano, nombres como Erik el Terrible Morales, Julio César Chávez y Óscar de la Hoya estuvieron presentes en la contienda del nacido en Tijuana contra Derevyancheco. Pero así fue el reencuentro del Campeón y el Golden Boy, quienes fueron rivales y ahora son amigos.
Jaime Munguía pudo derrotar con una pelea espectacular a Derevyancheco, quien también recibió y repartió varios golpes, el cual puso a temblar al tijuanense; pero previo a esta contienda, Julio César Chávez y Óscar de la Hoya tuvieron un reencuentro, puesto que ambos peleadores tienen una historia.
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Óscar de la Hoya es un manager que se dedica a subir a sus peleadores al ring, mientras que Julio César Chávez forma parte del equipo de Azteca Deportes, donde además es una pieza fundamental, puesto que, desde que dejó todo tipo de adicciones, el Campeón tiene una vida plena.
¿Dónde se dio el reencuentro de Julios César Chávez y Óscar de la Hoya?
El César pudo ser grabado en el escenario donde Munguía peleó, y el Campeón se dedicó a estar con los aficionados que le pedían una foto, tal y como sucedía en sus mejores años cuando terminaba de combatir; Golden Boy apareció de la nada y le dio un fuerte abrazo, pero a la par gritaba: “es el mero mero, él es el mero mero”.
Debemos señalar que, este reencuentro tuvo un sabor agridulce, puesto que todo el mundo sabe la historia que vivieron estos dos pugilistas, donde para fortuna manager, cuando era un boxeador activo, pudo tener una ventaja sobre JCC.
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¿Cuándo fue la pelea de Óscar de la Hoya contra Julio César Chávez?
Fue un 7 de junio de 1996 cuando el Chávez se midió a De la Hoya, dicho combate fue nombrado como “La Máxima Gloria”, y esta se llevó a cabo afuera del famoso hotel Caesars Palace de Las Vegas en una noche del viernes.
El nacido en Sonora contaba con 33 años de edad ante su rival que estaba cobrando fama con apenas 23 años; pero dicha contienda no sólo fue la oportunidad para el estadounidense saltara a la fama, sino que para la comunidad mexicana, significó casi un clásico; pero la balanza de inclinó para el joven gladiador.
CA