Considerado por muchos como el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos hasta antes de la aparición de Julio César Chávez, este malogrado campeón mundial era el rival a vencer, hasta que un fatídico y trágico accidente le quitó la vida, poniéndole fin a su carrera profesional.
De estilo único, gran pegada y una habilidad sorprendente con la que derrotó a Azumah Nelson, Coloradito López y hasta Wilfredo Jiménez, hoy integrantes del Salón de la Fama, este campeón mundial mexicano se convirtió en ídolo de millones apenas a sus 23 años como el máximo exponente de los pesos ligeros, aunque sin imaginar que un fatídico y trágico accidente sería el que lo noquearía de por vida.
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De Santiago Tianguistengo para el mundo
Nacido en el municipio de Santiago Tianguistenco, Estado de México, este campeón mundial mexicano mostró interés por el cuadrilátero desde su infancia, aunque curiosamente su pasión era la lucha libre hasta que el mánager Agustín Palacios lo motivó por su notable fuerza a ponerse los guantes en lugar de la máscara, sin imaginarse que su vida llegaría a su fin en tráfico accidente.
En Phoenix, Arizona, se enfrentó a Danny López el 12 de abril de 1980 y contra todo pronóstico cimbró la humanidad del Coloradito para hacerlo trastabillar y finalmente mandarlo a la lona en el round 13, para adjudicarse así el cetro del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en peso pluma.
De ídolo a leyenda tras su muerte en fatal accidente
Se trata ni más ni menos que de Salvador Sánchez, quien luego logró hacer 10 defensas exitosas, incluida la más sonada cuando el 21 de agosto de 1981, en Las Vegas, no solo derrotó sino apaleó como campeón mundial al puertorriqueño Wilfredo Gómez, quien fue tricampeón mundial y verdugo de numerosos boxeadores mexicanos.
Pero lo que Salvador Sánchez no sabía era que luego de esa pelea la cuenta regresiva que pondría fin a su carrera profesional comenzaría, aunque antes derrotó a Pat Cowdell, Rocky García y Azumah Nelson, hasta que el 12 de agosto de 1982 perdió la vida a sus apenas 23 años cuando se estrelló a bordo de su Porsche 928 contra un tractocamión y una camioneta que transitaba en el carril opuesto de la carretera entre Querétaro y San Luis. Televisa realizó una cobertura en vivo de su entierro en Santiago Tianguistenco, para en 1991 ingresar al Salón Internacional de la Fama del Boxeo.
EG