Sid Pérez logró conseguir el anhelo de todo boxeador mexicanos: se convirtió en campeón mundial. Sin embargo, no logró mantener el título por un largo periodo; su constante batalla contra las adicciones lo dejó sin posibilidad de defender el cinturón y lo orilló al olvido prematuro. ¿Sabías que fue indigente en Estados Unidos? Esta es su historia.
Oriundo de Acapulco, Guerrero, Sid Pérez se adentró al cuadrilátero desde los 15 años. ¿Recuerdas que estabas haciendo a esa edad? A finales de la década de los setenta, él ya era un profesional del pugilismo. Entonces, su ascenso lo catapultó como uno de los prospectos más importantes de México. Estaba destinado a ser campeón mundial.
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Falló en su intento por hacerse de la corona de peso mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), pero afianzó la de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en 1990. El gusto le duró poco a Sid Pérez; dos veces expuso con éxito la presea contra Alli Galvez. En la tercera, la perdió con Pat Clinton. Allí se derrumbó su carrera y, pese a un par de retornos al ring, culminó viviendo como indigente.
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¿Qué fue lo que originó la caída tan abrupta de Sid Pérez en el boxeo?
Sid Pérez declaró que su recorrido como campeón mundial terminó muy rápido porque priorizó el alcohol y las drogas sobre el deporte. Luego de que cedió el oro del OMB, recayó en las adicciones; advirtió que lo perdió todo, hasta a su familia. Así fue como arribó a Estados Unidos y permaneció por un tiempo como indigente.
Convencido de que debía recuperar el rumbo de su vida, Sid Pérez volvió a la República Mexicana y decidió rehabilitarse. Mas no se alejó en su totalidad del boxeo, resultaba imposible para un campeón mundial de su jerarquía; por lo que hizo de entrenador en Ciudad de México. ¿Lo veías venir?
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¿Cómo fue el repentino fallecimiento de Sid Pérez?
Sid Pérez desapareció en septiembre de 2012, aunque murió el 1 de octubre. Su familia no se percató de ello, sino hasta el 16 de enero del año posterior. Su hermana detalló que pudo haber sido atropellado y que reconocieron sus restos, que ya estaban siendo estudiados en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por un tatuaje de su nombre que portaba en el brazo izquierdo.