Pareciera que el misticismo de las grandes figuras de todo tipo de actividades no se pierde del todo, sino cambia de parecer. Esos aires de grandeza dejan de serlo y se convierten en algo un poco más terrenal, lo único que queda ese eso, el recuerdo de haber tocado alguna vez la cima. Ese es el caso de Rubén “Púas” Olivares, quien fuera campeón mundial terminó vendiendo aquellos recuerdos de otros tiempos en los tianguis de la Ciudad de México.
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El carisma no lo es todo, pero sí ayuda bastante para permanecer en la memoria de la gente, y eso es lo que logró el Púas al haber sido un ícono del boxeo mexicano. Lamentablemente terminó como muchos ídolos, olvidados: por ello en Heraldo Deporte te traemos la historia del “Rocky Mexicano”, Rubén “Púas” Olivares y cómo fue que terminó vendiendo sus propiedades en los tianguis.
¿Quién fue el Púas Olivares?
Rubén Olivares Ávila nació un 14 de enero de 1947 en la Ciudad de México. Desde joven el ring le llamó pues no tardó tanto en debutar y con solo 17 años lo hizo al noquear a Isidro Sotelo en el primer round en una pelea llevada a cabo en Cuernavaca. Su arranque fue explosivo pues llegó a noquear a pugilistas de renombre e incluso exampeones mundiales como Salvatore Burruni. De las 105 peleas que tuvo, salió victorioso en 89 (78 por nocaut), perdió en 13 ocasiones y se hizo de 3 empates.
Durante mucho tiempo fue el gran referente del boxeo mexicano pues sus nocauts con cualquiera de los dos puños lo hacían un hombre de cuidado. Incluso tuvo la oportunidad de tener pequeñas apariciones en el cine de ficheras y su rostro fue el número 1 en el ring previo a la llegada de Julio César Chávez. Como récords guarda unas rachas positivas de 22 y 21 victorias por la vía del nocaut las cuales son, hasta hoy, las dos rachas de victorias por nocaut más largas en la historia del box.
Después del ring… ¿Qué pasó con el Púas Olivares?
Aún y con que la revista The Ring lo haya considerado como el número 12 en el top de los mejores boxeadores de todos los tiempos y que esté dentro de un grupo selecto de boxeadores que más veces han ganado por nocaut, las desgracias no se hicieron esperar. A pesar de no padecer de adicciones o problemas financieros, Púas comenzó a vender muchos de aquellos recuerdos que atesoró a lo largo de su carrera como boxeador profesional en los tianguis de la Lagunilla. Nunca se supo la razón, pero él negó en diversas ocasione que fuera por necesidad.
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“No me estoy muriendo de hambre, no estoy en bancarrota. ¿Por qué dicen eso? (...) Todos mis alimentos son con aceite de oliva. No tengo mucho dinero, pero vivo bien en mi barrio” argumentó Olivares para el periódico La Jornada.
Desde fotografías autografiadas, pasando por revistas, guantes y hasta el cinturón que funge como título del Consejo Mundial de Boxeo en la categoría de Peso Pluma; todos aquellos recuerdos se pusieron a la venta. Hasta el día de hoy se mantiene viviendo en el barrio de la Lagunilla, aquel donde pasó su infancia y sus primeros entrenamientos que los llevaron a convertirse no solo en un campeón absoluto mundial, sino también en uno de los más grandes ídolos mexicanos del boxeo.