Harto y hasta imposibilitado de seguir ayudando a su hijo, la Leyenda del Boxeo está más que preocupado ya no tanto por la salud de Julio César Chávez Jr., sino incluso hasta por su vida, pues tras ser encarcelado y hospitalizado el pugilista de 37 años sigue con una conducta errática que podría llevarlo a tomar fatales decisiones debido a su adicción, que aquí te decimos cómo se inició.
En las últimas semanas Julio César Chávez Jr. ha estado envuelto en la polémica debido a que fue encarcelado en Estados Unidos por posesión de armas, además de que ha sido señalado por sus severos problemas de adicción que aquí te decimos cómo comenzó y que le ha provocado alejarse de su familia, a la que ha acusado de querer quitarle hasta su patrimonio.
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Julio César Chávez ya no puede hacer algo por el Jr.
Recientemente, Julio César Chávez lamentó ya no poder ayudar más a su hijo Julio César Chávez Jr. a superar su problema de adicción, por lo que se dijo preocupado sobre su futuro: “Se me hace un nudo en la garganta. Imagínate cómo me sentía yo con Julio. Mi hijo, que él vio cómo su padre se destruyó en el alcohol y la droga y ver cómo él se está destruyendo y yo no poder ayudarlo”, mencionó en entrevista.
Y añadió: “Hay tres cosas en la adicción: Cárcel, hospital y muerte. Él ya cayó en el hospital, ya cayó en la cárcel, ¿ahora qué sigue? Dios quiera y le haya caído un rayito de luz”, sentenció respecto a la adicción de Julio César Chávez Jr. quien al vivir en Estados Unidos imposibilita a su padre de llevarlo de nuevo a rehabilitación pues en caso de sacarlo de su casa podría ser acusado hasta de secuestro.
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Así inició la adicción de Julio César Chávez Jr.
En entrevista para Un Round Más, el mismo Julio César Chávez Jr. habló de cómo se inició en el oscuro camino de la adicción: “Se me convirtió en un problema porque tomaba muchas pastillas y siempre quería tomar más y más y más. Me estaba haciendo daño y pues entonces lo agarré para algo bien. Fue algo difícil. El problema no es mi padrino Pepe ni mi papá, porque ellos me quieren mucho, me tiene mucho aprecio y todo, pero ya entrando a aquel lugar las reglas cambian, como en Big Brother”.
Y culminó: “Es difícil llegar y acatar todas las órdenes que te dan, por lo que entonces hay que ser inteligente como en todo y ver que no lo estaba haciendo muy bien. Creo que todo lo agarré para bien. Pasé todo un año, que es un chin… de tiempo y no sé cómo le hice, pero lo hice. Hoy me siento bien, aunque me siento un poco raro porque es algo aburrido no andar más alegre y parece que no, pero se extraña. La verdad, te aburre estar bien, pero me gusta porque es como un reto en contra mía”.
EG