Quienes no lo vieron jugar, lo ubican con esos shorts azules cortos envolviendo los poderosos troncos de ébano. Otros, tienen en la mente esa sonrisa grande que parecía permanente e inamovible. Pero quienes lo vieron, no sacan de su cabeza lo vertiginoso de su juego, sus goles y títulos. A 80 años de su nacimiento se recuerda, de muchas maneras, al Rey Pelé.
Tres Corasoes lo vio nacer en 1940. A través del tiempo y las historias se erige la leyenda de aquel joven que debutó a los 16 años y que a cada toque de pelota se le revelaba la promesa a su padre de ser campeón del mundo.
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Hizo más que eso
Brilló con el Santos de Brasil y marcó una época dorada con el club. Con el Peixe jugó 14 años, ganó 10 campeonatos paulistas, cinco copas de Brasil, y fue bicampeón de América. Las imágenes de Pelé llegan con el uniforme blanquinegro, la mirada adolescente y su juego adulto que maravilló a Brasil.
Con su selección fue el más joven en anotar en un Mundial: celebró con 17 años y 239 días en Suecia 1958, donde ganó el título del mundo, cumplió la promesa y regalo la imagen del aún niño llorando de alegría e incredulidad en los hombros del portero Gilmar.
Desde aquella Copa del Mundo se adueñó del '10' en la espalda que se le dio por casualidad, cuando anteriormente se asignaban los dorsales en orden alfabético. Era destino que lo llevara, como si se tratase de una decisión divina.
Con ese número en la Verdeamarela, consiguió dos Copas del Mundo más. En total fueron tres Mundiales ganados de los cuatro que disputó. Es el único jugador en presumir ese hito.
Su mejor mundial, probablemente, fue México 70, del que querían dejarlo fuera. El entonces técnico Joao Saldanha se metió con el héroe nacional.
"Pelé es miope y tiene un problema en la cadera. No será convocado para el Mundial 1970”, dijo el estratega, antes de ser despedido por esas declaraciones.
Mario Zagallo lo llevó y lo hizo jugar con otros cuatro jugadores más que en sus clubes también tenían el '10' en la espalda: Rivelino, Gerson, Tostao, Jairzinho y Pelé hablaban el mismo idioma y protagonizaron un show que valió el título.
Un año después, O'Rei, ya consolidado en el mundo como el mejor futbolista del orbe, consiguió ser el primer futbolista en marcar su gol 1000 en toda su carrera, fue con el Santos y en el Maracanã. En total, Pelé jugó 1120 partidos con el Santos y marcó 1087 goles
Ese mismo año, dijo adiós a la selección de Brasil en amistoso contra Yugoslavia. Comenzó así el tour de despedida, la cual llegó oficialmente en 1977, con el Cosmos de Nueva York, su segundo club y el que lo sacó de un primer retiro. Fue en un partido entre el conjunto estadounidense y el Santos, donde el último gol de su prolífica historia en las canchas se lo hizo a su amado Peixe, y donde vistió ambas camisetas, una en cada tiempo.
"Así es la vida. No puedes estar jugando un deporte toda tu vida", dijo Pelé en entrevista con el New York Times. "A veces, hay que detenerse. Como no puedo comenzar a vivir de nuevo, prefiero decir adiós".
Para quienes no vieron jugar a Pelé, la referencia es la del que todos señalan como el mejor jugador del Siglo XX. Otros, que tampoco lo vieron, desdeñan lo que no les tocó observar y eligen a otros jugadores como los mejores.
Las imágenes son ahora las de un hombre grande, no tanto como su historia, pero que opina, aparece y se va la guarida de los Dioses del balón, se mantiene en la sobriedad de su leyenda, fuera de foco, de luces, para que las imágenes sean las necesarias y suficientes de un hombre que sigue siendo el Rey. O'Rei Pelé.
FDR