Sin ser brillantes y pidiendo la hora al final, Chivas consiguió su pase a la Liguilla del futbol mexicano, después de cinco torneos sin hacerlo y tras un torneo lleno de indisciplinas, lesiones y cambio de técnico. El boleto llegó después de ganar 1-0 a un Necaxa que careció de la energía con la que cerró el torneo.
El equipo de Aguascalientes llegó al repechaje después de ganar cinco juegos consecutivos en la fase regular; el Rebaño por su parte goleó a Monterrey, pero las bajas por indisciplina (cuatro: Chofis, Peña, Gallito y Dieter) y las que tiene por lesión (Macías y Vega) lo mermaron para armar su cuadro titular.
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El primer tiempo fue totalmente del Rebaño. Raúl Gudiño fue un espectador del dominio de su equipo y la insistencia en el arco del Necaxa. Con ataques por derecha por medio de Uriel Antuna, pero sobre todo por la izquierda con Jesús Angulo, Chivas incomodó a su rival.
La tenencia de la pelota era de los locales al igual que las ocasiones de gol. Las más claras fueron un remate de cabeza de Ángel Zaldívar que se estrelló en un defensa y un balón al poste de Gilberto Sepúlveda, que se animó ir al frente.
En la segunda parte, el partido arrancó con un ritmo menor al que se mantuvo gran parte del primer episodio. Pero pronto se rompió con la llegada del gol. Chivas pudo reflejar su dominio con un tanto.
Angulo recibió en el área, con una finta se quitó a dos defensas y después definió pegado al poste para vencer al portero Luis Malagón.
Necaxa quiso despertar, pero Chivas no lo dejó. Estuvo más cerca del segundo el Guadalajara con la velocidad de sus delanteros.
Pero Guadalajara, por orden de Víctor Manuel Vucetich, decidió no matar el partido y defender el resultado. Los Rayos estuvieron sobre el área rojiblanco, lo que no hizo durante gran parte del partido.
Aunque en el último minuto, en un tiro de esquina, Malagón estuvo a punto de conseguir el empate, el gol hidrocálido no llegó. Guadalajara se calificó a la Liguilla, aunque con muchas dudas, tanto por las ausencias, como por no poder definir con un resultado más abultado ante un equipo que no mostró tantos argumentos.
FDR