Cristian Calderón se convirtió en el hombre de los cuartos de final para Chivas, después de ser el hombre que anotó un par de goles de alta manufactura en contra del América: uno en la ida y otro en la vuelta, los dos casi idénticos.
El Chicote no era titular habitual con Víctor Manuel Vucetich, sin embargo fue el recambio de lujo en el partido de ida del Clásico Nacional en el Estadio Akron. Una de las razones por las que fue relegado fue por las indisciplinas que cometió.
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Al minuto 53 del partido de ida, Calderón ingresó en lugar de Fernando Beltrán para tomar una posición por detrás de los delanteros. Después, al minuto 80, el polémico jugador disparó ante la presión de un americanista, pero que no pudo evitar el zapatazo. El balón se clavó cerca del ángulo superior izquierdo de Guillermo Ochoa.
En la vuelta, Calderón arrancó como titular tras su actuación en el duelo anterior y respondió a la confianza con otro golazo.
Desde la misma zona, aunque ahora con el balón a ras de pasto y sin incomodidad defensiva, el Chicote le metió todo el zapato a esa pelota para clavarlo en el ángulo superior izquierdo de Ochoa.
Las anotaciones de Calderón exhibieron las fallas en la defensa del América, la cual ha sufrido durante toda la campaña, más desde la lesión de Bruno Valdez.
Y por si fuera poco, al minuto 72, le puso el último clavo al ataúd del América, con un tiro que hizo campana y se clavo cerca del ángulo, ahora en el ángulo superior derecho.
FDR