Lionel Messi fue el alma del Barcelona. En un partido que ganaba el Athletic de Bilbao desde los tres minutos, con el gol de Iñaki Williams, el argentino inspiró la reacción de su equipo en el Estadio San Mamés y consiguió la victoria (2-3), con un doblete que sentenció las cosas en el segundo tiempo.
Los de casa tomaron ventaja y aprovecharon un descuido del Barça, justo en la primera llegada que tuvieron frente a la portería. El golpe lo resintieron los blaugranas, que pasaron momentos de incredulidad y desconcierto en el campo. No obstante, una combinación de Messi con Pedri González emparejó el marcador al 14’.
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Una vez corregido el camino, llegó el momento estelar de ‘La Pulga’. Primero, logró el 2-1 a los 38 minutos, tras superar la marca de los zagueros del Athletic y de recibir un taconazo de lujo de Pedri que le abrió el panorama para disparar. Una auténtica obra de arte, que le dio la vuelta al resultado.
La confianza empezó a ser mayor del lado del Barça, que combinaba y controlaba la pelota a su antojo. En una de sus llegadas por la banda izquierda, el francés Antoine Griezmann mandó un pase raso para Messi, que el argentino remató con potencia para reventar las redes y poner el 1-3. En medio de la oscuridad, el equipo blaugrana encontró la luz al lado de su mejor hombre.
En tiempo de compensación, sin embargo, Iker Muniain acortó distancias con el segundo tanto de los locales. No le quedó tiempo para buscar el empate.
AH