Chelsea y Villarreal pelearon por la Supercopa de Europa hasta el último minuto. No sólo en el tiempo regular, sino también en los tiempos extra. Después del empate 1 a 1 en los 90', ambos definieron al campeón del torneo desde el manchón de los penaltis (6-5 a favor de los ingleses).
Hakin Ziyech abrió la cuenta para los Blues a los 27 minutos, aprovechando un despliegue a toda velocidad de su equipo que terminó desconcentrando a la zaga rival y permitió que la portería se abriera de su lado.
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La reacción del Villarreal, sin embargo, no se hizo esperar. El Submarino Amarillo recuperó el orden y reacomodó las ideas y fue haciéndose de la pelota en gran parte de los minutos siguientes, generando peligro y manteniéndose con la guardia arriba.
El técnico Unai Emery llevó el mismo mensaje que utilizó en la pasada final de la Europa League, en la que levantó el trofeo en la definición por penales: atacar, combatir, sufrir incluso por momentos, pero nunca rendirse.
Y allá fue el Villarreal, con un segundo tiempo casi perfecto en el que encontró el gol del empate por medio de Gerard Moreno, al 73', obligando al Chelsea a retroceder y cuidar el resultado hasta el final del tiempo regular.
Los tiempos extra fueron más drama que claridad. Y también mucho cansancio. Ninguno de los dos equipos quiso arriesgar de más, ni en lo futbolístico ni en la parte física, para evitar ser víctima de los calambres.
Eso permitió que los jugadores se tomaran un mayor respiro y llegaran a los penales. Ahí, como ocurrió en otras definiciones, la suerte estuvo echada sólo de un lado. Y el equipo ganador fue el Chelsea por 6-5, con el portero Kepa Arrizabalaga, que entró de cambio, como figura.
AJ