Miguel Herrera es probablemente uno de los últimos grandes directores técnicos que México ha dado, un par de títulos de Liga MX, una Copa Oro y su brillante gestión de la Selección Mexicana en el Mundial Brasil 2014 lo respaldan, sin embargo, perdió la oportunidad de seguir al mando del Tri por una polémica con Christian Martinoli y recién confesó qué hubiera pasado con él sin esa pelea.
La carrera del Piojo se ha caracterizado por dos interesantes cosas: la intensidad con la que vive los partidos y el gran vínculo que genera tanto con sus compañeros, como con sus dirigidos, aunque también podemos afirmar que ahí radicaron las razones para elegirlo de ‘emergencia’ rumbo a la Copa del Mundo antes mencionada.
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Durante ese proceso el combinado nacional cambió tres veces de entrenador e incluso quedó fuera de la máxima fiesta del balompié por unos minutos, pero logró meterse al repechaje y fue precisamente ahí en donde entró el exdefensor del Atlante, que venció con jerarquía a Nueva Zelanda para asegurar el boleto.
Ya en la fase de grupos los Aztecas derrotaron a Camerún, empataron con Brasil y se impusieron a Croacia, suficiente para disputar los octavos de final contra Países Bajos y a pesar de que el pase al quinto partido estaba en el bolsillo, nuevamente se escapó de las manos como en Francia 1998 o en Alemania 2006, un hecho que Miguel y los futbolistas sufrieron bastante.
“Lo viví con molestia, con enojo, sentíamos que podíamos tener el partido en las manos, avanzar a una ronda importante y se nos fue. Molestia, frustración, tristeza, desde el penal hasta que llegamos al vestidor encuentro a un grupo cabizbajo, adolorido y triste”, dijo el Piojo en entrevista exclusiva con Heraldo Deportes.
¿Qué hubiera pasado con el Piojo sin la polémica con Martinoli?
Después de ese amargo trago, Herrera se mantuvo al frente de la Selección Mexicana y pudo conseguir la Copa Oro en 2015 tras imponerse en la final a Jamaica, sin embargo, una situación extracancha lo puso en el ojo del huracán: se encontró con Christian Martinoli en el aeropuerto de Philadelphia y tuvo un altercado en el que el periodista acusó una agresión.
La animadversión con el narrador surgió a raíz de las críticas por el mal rendimiento en la Copa América y por supuestos comentarios a la familia del estratega que posteriormente fue destituido de su cargo y se quedó sin la oportunidad de seguir adelante con el equipo nacional.
“Si pudiera quitar ese día, sí lo borraría de mi vida, de mi mente porque estaría tal vez con un éxito mucho mayor del que he tenido, pero también sé que esa parte me ha hecho crecer, reaccionar y saber que soy mejor persona, pero también por defender a mi familia lo haría siempre, primero que nada y sobre todo mi trabajo está mi familia”, apuntó en exclusiva con Heraldo Deportes. “Reconozco que me equivoqué por lo que representaba en ese momento, no es la forma en la que tenía que haber actuado, pero también reconozco que estaba defendiendo a mi familia”, concluyó.
Por Dave Ramos