Tras sobrevivir la tragedia de la guerra en Bosnia, Edin Dzeko se echó literalmente a todo un país en la espalda al convertirse en inspiración de miles de refugiados alrededor del mundo, como ejemplo de superación tras sufrir el bombardeo de su casa en Sarajevo, mudarse a un departamento de solo 35 metros cuadrados junto con otros 15 familiares, triunfar en el futbol a pesar de que comenzó ganando tan solo 150 euros y convertirse en 2009 en embajador de la Unicef por los derechos de los niños.
Se dice y se escribe fácil, pero lo cierto es que Edin Dzeko tuvo que derramar lágrimas de sangre y sobrevivir a un bombardeo para convertirse ahora en el héroe del Fenerbahce de Estambul, con miles de niños portando su nombre en la espalda como leyenda del Inter de Milán, al que ayudó a lograr su primer título de la Premier League en la temporada 2011-12, a pesar de que comenzó ganando 150 euros al mes.
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Entre tiros y cañonazos, Edin Dzeko sufrió muchos traumas
Cuando tenía solo seis años y creció en las guerras en los Balcanes, Edin Dzeko, como muchos bosnios más, experimentó muchos traumas: “Nací justo antes de que comenzara el conflicto y pasé mi primera infancia en medio del sitio de la ciudad de 1992 a 1996. Nuestra casa quedó destruida por un bombardeo, así que tuvimos que mudarnos con mis abuelos. Toda la familia vivía allí bajo un mismo techo, unas 15 personas hacinadas en un apartamento de 35 metros cuadrados”, afirma.
“Era un estrés y una preocupación constantes de que sucediera algo o llegara la noticia de que alguien que conocíamos había sido asesinado. Yo era muy joven y lloraba a menudo de miedo. Todos los días podías escuchar los disparos de las armas y perdimos a amigos de la familia e incluso a algunos parientes”, añade.
Leyenda del futbol europeo y del Inter de Milán
Pero él nunca se rindió, así como tampoco sus padres, quienes desde sus 10 años siempre lo apoyaron al llevarlo a entrenar y pasando por él para regresarlo a casa. Comenzó como mediocampista, pero como anotaba muchos goles lo pasaron a la delantera, donde la rompió al grado que su entrenador en el equipo juvenil del Zeljesnicar le ofreció una beca de 150 euros al mes y hasta convertirse en el máximo anotador de la selección de Bosnia con un hat-trick ante el Liechtenstein el 7 de septiembre de 2012, cuando superó los 24 goles de Zvjezdan Misimovic.
Aunque en su etapa de estudiante practicó atletismo y basquetbol, el futbol siempre fue lo máximo para él, ganándose primero el apodo del Estaca por alto y delgado, aunque después se consolidó como El Diamante: “Cada vez que Edin marca, anotamos todos los refugiados bosnios alrededor del mundo”, afirma Asmir Selimovic, sobreviviente de la masacre de unas 8 mil personas de Srebrenica en 1995.
EG