Miguel Calero dejó una huella imborrable en el fútbol mexicano, no sólo por sus títulos y atajadas con Pachuca, sino también por una imagen que se volvió icónica en la Liga MX. Durante años, el guardameta colombiano fue identificado por jugar rapado y con gorras o paliacates, un rasgo que muchos asociaron a una cuestión estética o de comodidad, pero que en realidad tuvo un origen mucho más profundo.
Con el paso del tiempo, esa imagen terminó formando parte del ADN del “Cóndor” en México, al punto de convertirse en uno de los símbolos de su etapa más gloriosa. Sin embargo, detrás de ese look había una historia personal marcada por la sensibilidad y el compromiso humano, lejos de los reflectores y de la presión del alto rendimiento.
Fue su hijo, Juan José Calero, quien reveló el verdadero motivo por el cual su padre decidió raparse y mantener ese aspecto hasta el final de sus días. Una promesa hecha en un hospital, a una niña que atravesaba una etapa terminal de cáncer, terminó definiendo la apariencia de uno de los porteros más recordados en la historia de la Liga MX.
La promesa que marcó la imagen de Miguel Calero
Juan José Calero explicó que la decisión de su padre no tuvo que ver con una elección estética ni con la pérdida de cabello, sino con un acto de empatía que sostuvo hasta su último día.
“Yo les contaba; mi papá decide raparse por una niña que fue a visitar en un hospital, que estaba en etapa de cáncer terminal, y le prometió que iban a tener ese vínculo. Y lo cumplió hasta el último día”.
Con el correr de los años, esa historia se transformó en un ejemplo del impacto que Miguel generó fuera de la cancha. Para su hijo, el legado más fuerte no está únicamente en los títulos o los trofeos, sino en la cercanía que tenía con la gente y en los gestos que realizaba sin buscar reconocimiento.
“Las personas que más recuerdan a mi papá lo recuerdan por cómo era fuera de la cancha. A pesar de que hizo mucho dentro, mi papá siempre tuvo detalles con mucha gente fuera de la cancha”.
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El legado humano y la herencia futbolera
En una charla con Central Fox MX, Juan José Calero profundizó sobre la relación de su padre con el futbol y cómo esa pasión marcó a toda la familia. En ese mismo relato, destacó que el fútbol era el eje de la vida de Miguel Calero y la única razón que logró quebrar su carácter fuerte.
“Curiosamente, la única vez que vi llorar a mi papá fue cuando fui a la final con Pumas y cuando gané la final contra Colo-Colo en Chile. Creo que eso es lo que significaba el fútbol para mi papá”.
Para su hijo, esa intensidad y esa forma de vivir el deporte son parte de la herencia que hoy intenta honrar, entendiendo que el apellido Calero también conlleva una responsabilidad fuera de la cancha.
