Antes de brillar en la élite del fútbol europeo, hubo un joven futbolista que vivió una experiencia que marcaría su carácter para siempre. A los 18 años, se probó en el Arsenal, donde compartió vestuario con leyendas como Thierry Henry, Patrick Vieira y Robert Pirès. Aunque su estadía en el club inglés fue breve y no logró quedar, el paso por Londres lo ayudó a comprender la dureza y el respeto que exigía el fútbol de la época.
Ese joven era Yaya Touré. En una reciente charla con John Obi Mikel, en el podcast del exjugador del Chelsea, el marfileño abrió el baúl de los recuerdos y reveló detalles desconocidos de su paso por los “Gunners”. Con humor y nostalgia, contó cómo los jóvenes eran instruidos por las grandes figuras del plantel, siguiendo tradiciones que hoy serían vistas como inaceptables. A pesar de no haber sido fichado, esa experiencia se quedó grabada en su memoria como una enseñanza de humildad y perseverancia.
Su historia es también un reflejo de cómo ha cambiado el fútbol en las últimas décadas. En aquellos años, los vestuarios estaban gobernados por los líderes naturales, y las jerarquías eran incuestionables. El joven Yaya, lejos de sentirse menospreciado, abrazó aquellas costumbres que más tarde lo ayudarían a triunfar en algunos de los clubes más grandes del mundo.
Una tradición de respeto: lavar los botines de las estrellas
Uno de los momentos más llamativos que el africano recordó fue cuando los futbolistas del primer equipo le pedían que les lavara los botines. "Me decían que les fuera a lavar los botines y yo iba sin problemas. Era feliz haciéndolo", confesó. Para él, no se trataba de una humillación, sino de una señal de aceptación y respeto dentro de un vestuario lleno de ídolos.
También, subrayó que esas prácticas eran vistas como rituales de iniciación. Según contó, servir a figuras como Vieira o Henry no era degradante, sino una oportunidad para aprender y ganar un lugar en el grupo. Comparándolo con el presente, mencionó que hoy un joven futbolista podría reaccionar de forma muy distinta: “Si le pides eso a uno de ahora, terminas en problemas. Hasta podrían llamar a la policía”, ironizó entre risas.
Te puede interesar: Jamie Vardy, histórico del Leicester City, dice adiós a los ‘Foxes’ con emotivo mensaje | VIDEO
La fallida prueba que no frenó su carrera
Aunque su sueño era quedarse en el Arsenal, Touré no logró convencer a Arsène Wenger. El legendario entrenador francés describió su rendimiento en las pruebas como “completamente mediocre”. Sin la chance de continuar en Londres, siguió su camino en el fútbol europeo, recalando primero en el Metalist de Ucrania, una liga muy distinta en nivel y estilo de vida.
Sin embargo, el fracaso no lo detuvo. Lejos de frustrarse, utilizó esa experiencia como motivación. Más adelante, Touré dio un enorme salto de calidad: brilló en el Mónaco y, sobre todo, en el Barcelona de Pep Guardiola, donde conquistó absolutamente todo. Esa resiliencia temprana sería clave en su construcción como uno de los mediocampistas más dominantes de su generación.
El legado de Yaya Touré en el Manchester City
Si bien su paso por el cuadro rojo quedó como una anécdota formativa, su verdadero impacto llegó en el Manchester City. Firmado en 2010, se transformó en el corazón del equipo en la era en que el club empezó a forjar su nueva identidad de grandeza. Con su imponente presencia en el mediocampo, fue vital para ganar tres títulos de Premier League (2011-12, 2013-14 y 2017-18), además de FA Cups y Copas de la Liga.
Su temporada más recordada fue la 2013-14, cuando anotó 20 goles en la Premier, una cifra impresionante para un mediocampista.
