Desde los campos europeos del rugby nació la inspiración para crear un deporte que en un principio se jugaba clandestinamente en Estados Unidos, por el temor de ser descubiertos en una actividad que empezaba a ser lucrativa: el futbol americano.
Las apuestas se movían en partidos donde se enfrentaban equipos de universidades y los primeros clubes deportivos. Fue una actividad creada para apostar, en el que el dinero se movía en las tribunas y no tanto en el campo. Pero a consecuencia de ello se dio el pase definitivo.
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Existe un primer antecedente poco claro de la primera vez en la que se movió dinero hacia un jugador. Habría sido el 12 de noviembre de 1892, cuando el pago a jugadores era mal visto, incluso deshonroso para ellos mismos. Sin embargo, la Asociación Atlética de Allegheny, del circuito de futbol no oficial del oeste de Pensilvania, llamó al guardia de la universidad de Yale William “Pudge” Heffelfinger a jugar con ellos contra el Pittsburgh Athletic Club.
Aunque no se sabe con certeza si hubo pago, las versiones extraoficiales manejan que habrían sido 500 dólares lo que habría recibido Heffelfinger en ese partido. Ese cotejo lo ganó Allegheny 4-0 con una anotación de 35 yardas por tierra de Heffelfinger.
Las versiones oficiales apuntan al 3 de septiembre de 1895 se jugó el primer partido totalmente profesional, en Latrobe, Pennsylvania, entre la Asociación Atlética de Latrobe y el Club Atlético Jeannette. El mariscal John Ballier, de Latrobe, admitió abiertamente que se le pagó por jugar. Recibió 10 dólares en el encuentro que terminó 12-0 a favor de los suyos.
Dos años después, la Asociación Atlética Latrobe pagó a todos sus jugadores durante toda la temporada, para convertirse en el primer equipo de este deporte en convertirse totalmente profesional.
John Kinport "Sal" Brallier, es considerado el primer jugador pagado en la historia de este deporte. Desde los 13 años jugó como estudiante de primer año de secundaria para la Escuela Pública de West Indiana y en 1892, se convirtió en capitán del equipo como corredor derecho titular. Un año después también jugó como mariscal de campo para el club Indiana Normal.
El pago que recibió hace 125 años fue porque entró como sustituto a ese juego, en el que Latrobe no tenía mariscal de campo por una lesión de su titular, lo que llevó al dueño a conseguir uno para ese partido. Así dio con Brallier, entonces de 17 años, a quien convenció con el pago de 10 dólares y algunos pasteles. El jugador aceptó la condición porque no quería que una lesión pusiera en riesgo su beca escolar.
Sal llegó a Latrobe la noche previa al partido y practicó con el equipo bajo un farol. Al día siguiente ayudaría a ganar a ese equipo con su participación y dos goles de campo.
En esos años previos al profesionalismo, a los jugadores se les incentivaba con algunos relojes de bolsillo, los cuales llegaban a empeñar o a vender y los relojes de alguna manera llegaban nuevamente a manos de los dueños. Ahora, en tiempos donde el mercado se rompió en varios deportes, se celebran contratos como el de Patrick Mahomes, el más lucrativo hasta ahora en este deporte, con 503 millones de dólares a cambio de 10 temporadas con los Jefes de Kansas City.