Alex Smith no sólo salvó su vida y evitó que le amputaran la pierna. También cumplió el sueño de volver a estar cerca de la NFL. En noviembre de 2018, el quarterback de 36 años se rompió la tibia y el peroné en un partido de los Washington Redskins (hoy Washington Football Team) contra los Houston Texans. La imagen de Smith, atrapado por J.J Watt y Kareem Jackson y con la pierna derecha rota, conmocionó a al mundo del futbol americano y deparó el comienzo una batalla casi mortal.
La operación, en principio complicada, lo fue más por culpa de una infección con la que desarrolló sepsis, una condición de alto riesgo para la salud. Mientras el cuerpo médico luchaba por salvar su vida, Smith pasó los días bajo sedantes muy potentes para el dolor. Por eso sus recuerdos son limitados. Cuando al fin despertó, enfrentó una decisión que pudo cambiar su vida: la amputación de la pierna o su rescate.
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Smith apostó por lo segundo. Y el proceso requirió alrededor de 17 cirugías adicionales, para finalmente ser dado de alta sin ninguna infección de riesgo. La recuperación, después, lo llenó de incertidumbre. El regreso al futbol americano estaba lejos, en comparación con otras tareas: caminar con normalidad, jugar otra vez con sus hijos o pasear con su esposa. Sin embargo, su evolución cambió el punto de vista de los médicos. Smith podía volver.
Y volvió. Porque Washington, el equipo que marcó su vida, lo registraron en la lista de 53 jugadores activos para jugar esta temporada en la NFL. Según información de diarios locales, su lugar será como tercer quarterback (detrás de Dwayne Haskins y Kyle Allen), lo que significa que estará inactivo durante la temporada regular. Pero eso es la vida para él: un lugar donde no hay imposibles.
“Hay suficiente tiempo para que pueda salir y jugar… sabiendo que sí, que el fracaso es una posibilidad. Necesito demostrar que puedo volver a la NFL. Y, si puedo hacerlo, será genial”, dijo Smith en febrero pasado. Siete meses después, el milagro está casi hecho.
AAH