Fue el piloto del día y no por casualidad. Sergio Pérez ya causaba sensación incluso antes de las prácticas para la primera fecha de la temporada en la Fórmula Uno. Su llegada a Reb Bull causó expectativa y ahora la llena de esperanza tras su debut en carrera, con un quinto sitio heróico en el Gran Premio de Bahréin.
"Engine off", dijo Checo Pérez al muro de su equipo por radio, después que su monoplaza se apagara en la vuelta de reconocimiento, pero el milagro sucedió, prendió y largó desde el pitlane para comenzar su historia con la escudería austriaca, algo atropellada, pero con mejores sensaciones al final.
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Después de ese accidentado arranque, donde el mexicano dijo que incluso estuvo a punto de salir del auto, comenzó la lluvia de rebases del tapatío, agresivo en las curvas y con temple en cada recta. El auto le exponenció sus capacidades como piloto y la experiencia de otros años con Sauber, McLaren y Force India/Racing Point, donde encontró el punto exacto de la resiliencia.
Así empezó a rebasar. Primero a Tsunoda, Latifi, Schumacher, Vettel dos veces, Ocon, Raikkonen, Alonso, Vettel (de nuevo), Sainz, Ricciardo, Stroll, Ricciardo otra vez tras salir de pits y Leclerc, hasta llegar a la quinta posición, donde ya no pudo alcanzar a Norris.
Vettel, Stroll (ambos de su ex equipo, ahora Aston Martin), Leclerc y Bottas, lo pasaron en algún momento, pero sólo el último, piloto de Mercedes, conservó el lugar, pues a los otros los pudo superar.
En total fueron 14 rebases de Checo para sumar 10 puntos en fin de semana parecía para el olvido, pero al final le dio, además de unidades al equipo y a él mismo, le devolvió los reflectores como uno de los pilotos en el que se debe poner especial atención por su calidad.
Ahora la próxima prueba del mexicano y Red Bull Racing será el 18 de abril, en el GP de Emilia-Romaña, en el circuito de Imola, Italia.
FDR